La industria tecnológica, históricamente dominada por hombres, enfrenta un desafío crucial: reducir la brecha de género. Aunque persisten desafíos, datos recientes indican un cambio positivo. Según un informe de la organización Mujeres en Tecnología (MET), la participación de mujeres en roles estratégicos en la región ha aumentado un 32%. Este incremento refleja una mayor receptividad del sector hacia perfiles femeninos, impulsado en parte por la elevada demanda laboral y la necesidad de habilidades de liderazgo.
A pesar de estos avances, la paridad de género aún no se ha logrado por completo en el país. Según la Cámara de la Industria Argentina del Software, solo el 30% de los trabajadores en tecnología son mujeres. Es importante tener en cuenta que esta menor representación también contribuye a ampliar la brecha salarial, ya que el sector tecnológico ofrece algunos de los sueldos más altos.
Si bien la entrada al mercado laboral no depende exclusivamente de la formación universitaria, para lograr igualdad de oportunidades profesionales en este ámbito, un primer paso es que más mujeres elijan estudios en áreas tecnológicas. Según Chicas en Tecnología, de cada 100 personas que obtienen un título universitario en Argentina, solo 2 son hombres que han estudiado programación, mientras que para encontrar una mujer programadora se necesitaría ampliar el grupo a 235 egresados.
En este contexto, con el propósito de fomentar la inclusión de mujeres en el sector, Avancargo, una plataforma de logística 3.0, ha anunciado una alianza estratégica con ADA ITW, una organización no gubernamental especializada en la formación de mujeres en programación y tecnología, tanto en Argentina como en el mundo de habla hispana.
Una de las iniciativas principales de esta alianza es ofrecer oportunidades de prácticas profesionales a egresadas de la capacitación de ADA en Avancargo. Estas prácticas, que duran tres meses y no son remuneradas, permitirán a las mujeres aplicar sus conocimientos en entornos reales y trabajar con equipos reales, con el respaldo de mentores especializados y acceso a la infraestructura y conocimientos de Avancargo.
Diego Bertezzolo, cofundador de Avancargo, señala que la idea es que al menos 2 de las 4 chicas que están por comenzar las prácticas sean luego contratadas por la empresa. Según Bertezzolo, los sueldos para principiantes oscilan entre $600,000 y $800,000 por mes, lo que resalta las oportunidades económicas que ofrece el sector.
Bertezzolo explica que la inclusión de mujeres en Avancargo no solo contribuye a la equidad en la empresa, sino que también ha ayudado a mejorar los procesos y resolver conflictos. Hoy en día, la necesidad de Avancargo radica en cubrir puestos de analista de procesos de calidad (QA testing), que según Bertezzolo, constituyen una buena puerta de entrada al mundo de la tecnología y a la que las egresadas de ADA pueden aspirar para comenzar su carrera.
Además, la organización tiene como objetivo que las mujeres puedan desarrollarse en áreas más especializadas, como el desarrollo de Front End, Back End y Python, donde su presencia es menor.
Las prácticas profesionales en Avancargo duran tres meses, con una jornada laboral de cuatro horas diarias, y si la experiencia es positiva, existe la posibilidad de ser contratadas por la empresa.
Oportunidades para adquirir nuevas habilidades
El Foro Económico Mundial estima que para 2025, el 50% de los trabajadores a nivel global necesitarán mejorar o adquirir nuevas habilidades para mantenerse competitivos en un entorno laboral en constante cambio. Por lo tanto, además de promover la inclusión de género, la alianza entre Avancargo y ADA ofrece oportunidades de reskilling y upskilling para mujeres interesadas en ingresar al campo tecnológico. Esto permite que personas de diferentes perfiles y edades adquieran nuevas habilidades y se reinventen profesionalmente en un sector en constante evolución.
En resumen, la colaboración entre Avancargo y ADA ITW representa un paso significativo hacia la inclusión de mujeres en la industria tecnológica. A través de prácticas profesionales, formación especializada y un enfoque en la diversidad e inclusión, ambas organizaciones están contribuyendo a cerrar la brecha de género y crear un futuro más equitativo y diverso en el campo de la tecnología.