El líder conservador y probable futuro canciller de Alemania sorprendió al cuestionar la influencia de Washington en el continente, sugiriendo una mayor autonomía europea en defensa y geopolítica.
PARÍS.– A solo una hora de conocerse los resultados electorales, una declaración de Friedrich Merz generó impacto: “Europa debe independizarse de Estados Unidos”. Sus palabras resonaron con fuerza, especialmente al provenir de un político tradicionalmente proatlantista. Su postura alentó a quienes abogan por una Europa más cohesionada y capaz de gestionar su propia seguridad sin la tutela de Washington.
Tras su victoria en las elecciones legislativas, el líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) dedicó su primera aparición en televisión a criticar la influencia estadounidense, comparándola incluso con la de Moscú. “Estamos bajo presión en ambos frentes. Nuestra prioridad es fortalecer Europa”, afirmó.
Merz, conocido por su alineación con la OTAN y su respaldo a Ucrania, sorprendió al admitir que su percepción cambió tras recientes declaraciones de Donald Trump. “Nunca pensé que diría esto, pero la administración estadounidense parece indiferente al destino de Europa”, agregó.
Una declaración con mensaje político
El escenario elegido por Merz para su mensaje no fue casual. Durante la tradicional ronda de entrevistas postelectorales, la Elefantenrunde, enfatizó la necesidad de que Alemania y el resto del continente refuercen su autonomía estratégica.
Su postura también pareció responder a recientes críticas de J. D. Vance, vicepresidente de EE.UU., quien acusó a Alemania de ser “antidemocrática” por excluir a la extrema derecha de sus alianzas. En respuesta, Merz defendió la soberanía alemana y rechazó cualquier intento de injerencia extranjera.
¿Un nuevo liderazgo europeo?
El ascenso de Merz ha generado expectativas sobre un posible renacimiento del liderazgo alemán en Europa. “Su visión de una Europa fuerte coincide en varios aspectos con la de Emmanuel Macron”, opinó Armin Steinbach, académico de la London School of Economics.
No obstante, algunos analistas advierten que su gobierno podría verse condicionado por el ascenso de Alternativa para Alemania (AfD), partido de extrema derecha que logró una presencia parlamentaria significativa.
En cualquier caso, Merz ha dejado claro que priorizará la cooperación con Francia y la Unión Europea. Sus primeras visitas oficiales serán a París y Bruselas, donde se reunirá con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Desafíos en la relación con EE.UU.
Uno de los mayores retos de Merz será definir la postura alemana frente a la OTAN. Alemania, históricamente bajo el paraguas de seguridad estadounidense, enfrenta un contexto en el que Washington parece estar reconfigurando sus prioridades geopolíticas.
Si bien podría esperarse que un líder conservador busque una relación pragmática con Trump, las primeras señales indican lo contrario. Merz ha criticado duramente las posiciones del expresidente, incluida su propuesta de reubicar a la población palestina en la Franja de Gaza con un modelo similar a la Costa Azul.
El futuro canciller tendrá que navegar entre la tradición atlantista de su partido y una Europa que busca mayor independencia, un equilibrio que definirá el rumbo de Alemania en los próximos años.