Las autoridades del Directorio continúan su desplazamiento por el territorio con el fin de adquirir una comprensión directa de la situación del servicio en cada área de la provincia. Este enfoque permite ofrecer soluciones concretas que aseguren un suministro continuo y de alta calidad. Acompañados por agentes de la Policía Chaco, los funcionarios llevaron a cabo la interrupción y recuperación de aproximadamente 300 metros de mangueras, subrayando su compromiso de perseguir las denuncias debido a la naturaleza federal de estos delitos.
En esta línea, el vocal Ing. Guillermo Pereyra Iglesias y el gerente General Ing. Edgardo Altamirano, junto con el personal técnico de la empresa, visitaron Juan José Castelli y Miraflores. Allí, se encontraron con un servicio en desuso y con falta de mantenimiento, así como con numerosas conexiones clandestinas que estaban afectando el abastecimiento en las localidades y sus alrededores.
Falla en el servicio por falta de control y mantenimiento
El sistema Castelli-Miraflores opera con tres bombas de 60 m3/h de caudal y aproximadamente 3 kg de presión. Sin embargo, a lo largo de los años, estas bombas han ido perdiendo caudal y dejando de funcionar una tras otra.
Una de las causas identificadas es el problema energético en Puerto Lavalle, que provoca la interrupción del bombeo hacia Castelli, dejando la cisterna sin agua. Esto provoca que la bomba, al no tener sensores de flujo, gire sin agua y se queme. Como resultado, la empresa ha perdido tres bombas originales que nunca fueron reparadas y que se reemplazaron por otras.
Como próximo paso, se llevará a cabo la desinstalación de una planta potabilizadora compacta para recuperar una de sus bombas. Esta bomba será reutilizada para aumentar el suministro a Miraflores a 50 o 60 m3/h, proporcionando así una solución a un problema que ha sido ignorado por gestiones anteriores.
Conexiones ilegales, una problemática cotidiana
En Miraflores, el servicio opera mediante una bomba que distribuye hasta 20 m3/h de agua potable. Sin embargo, para lograr este suministro, fue necesario eliminar ocho conexiones ilegales en las válvulas de aire, limpieza y desagüe.
Este tipo de conexiones ilegales no solo representan un problema en las ciudades, sino también en las zonas rurales más remotas. Debido a la falta de control en administraciones anteriores, se han realizado a lo largo de la línea del acueducto, dejando sin agua a los usuarios que están regularizados.
Durante el recorrido, las autoridades se toparon con conexiones de motobombas que extraían agua del conducto justo cuando se bombeaba hacia Miraflores. También encontraron casos de mangueras que cruzaban la ruta, ladrilleras abastecidas con agua potable y represas con agua potable destinada a animales, todas estas prácticas fueron identificadas y documentadas.
