La ONU advierte que esta tendencia podría ser imposible de revertir.
Argentina también bate su propio récord.
Las calamidades que marcaron el verano en Europa.
Lo que anteriormente se sospechaba, respaldado por la acumulación de pruebas, ahora se valida con datos precisos y científicos: oficialmente, el año 2023 ha sido declarado como el más caluroso desde 1850, superando a 2016, que ostentaba ese título. La sucesión constante de picos de temperaturas máximas y mínimas, nunca antes registrada, se percibe como más que una simple noticia; posiblemente sea el preludio de una catástrofe. La ONU alerta que, si no se revierte esta tendencia, podríamos dirigirnos hacia un cambio climático irreversible e, incluso, insuperable.
Según el informe anual global de la agencia europea de datos espaciales y climáticos Copernicus, las temperaturas sin precedentes desde junio han llevado a que el 2023 supere a 2016 como el año más cálido de la historia. A lo largo de doce meses, se han registrado nuevas máximas diarias y mensuales, destacando el aumento de las temperaturas superficiales mundiales en comparación con los niveles preindustriales. Los promedios diarios superaron esos niveles en más de 2°C en ciertos momentos del año.
La temperatura media global del año pasado alcanzó los 14,9 grados, 0,17 grados más que el anterior récord anual de 2016. Además, el 2023 fue 0,60 grados más cálido que la media del periodo 1991-2020 y 1,4 grados más cálido que el nivel preindustrial de 1850-1900. Según Copernicus, otro dato preocupante es que a finales de enero o febrero “podrían superarse los 1,5 grados por encima del nivel preindustrial”.
El impacto se manifestó en todo el mundo con extensos incendios forestales y olas de calor, posiblemente intensificadas por el fenómeno climático de El Niño. 2023 fue testigo del colapso de las corrientes marinas, convirtiendo ciudades europeas en hornos de calor. Este también fue el año en el que, por primera vez, se notó un nuevo comportamiento social: la huida de turistas del verano, ya que se volvieron insoportables, especialmente en el Sur de España, Italia, Francia, Grecia y Portugal.
Las temperaturas en Europa estuvieron por encima de la media durante once meses, y se registró el septiembre más cálido jamás documentado en 2023. Este fue el periodo en el que los diarios europeos comenzaron a mencionar refugios climáticos, como shoppings, salas de cine y bibliotecas públicas, donde las personas podían resguardarse del calor. Entre julio y septiembre, ciudades como Barcelona, Valencia y Sevilla proporcionaron guías de lugares para mantenerse a salvo del clima.
Otro hito de 2024: temperaturas de casi sesenta grados en Río de Janeiro; 65 grados en el aeropuerto internacional de Teherán; 50 grados en Sicilia; y 80 grados en el Valle de la Muerte, en Arizona.
Las temperaturas medias de la superficie del mar también alcanzaron niveles elevados en 2023, con extensiones mínimas sin precedentes en el hielo marino antártico. Las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono y metano también alcanzaron niveles récord, llegando a 419 partes por millón y 1.902 partes por billón, respectivamente.
Copernicus advierte que un periodo de 12 meses que concluya en enero o febrero de 2024 superaría el aumento global de temperatura de 1,5°C, desencadenando, según la ONU, un cambio climático irreversible. Muchos expertos consideran que la situación es irreversible.
En cuanto a Argentina, el 2023 se consagra como el más cálido en los últimos 62 años, según el Servicio Meteorológico Nacional. El informe provisional sobre el estado del clima en Argentina 2023 destaca que la temperatura media fue 0.96 grados por encima del período de referencia, convirtiendo al 2023 en el año más cálido desde 1961 hasta octubre. Después de un 2022 cálido, los primeros diez meses del 2023 presentaron una temperatura media superior a lo normal en todo el país, en comparación con el período de referencia 1991-2020.
Paradójicamente, a pesar de las expectativas, el verano de 2024 no se caracterizará por un calor extremo, según el último informe del SMN, gracias a la disminución de la temperatura del océano y la posibilidad de lluvias más abundantes.
