OSLO, NORUEGA. (10 de diciembre de 2025) – La líder opositora venezolana, María Corina Machado, rompió más de un año de clandestinidad en Venezuela mediante una operación secreta y de alto riesgo para intentar llegar a Europa. La primicia fue revelada por The Wall Street Journal, citando a funcionarios del gobierno de Donald Trump, que detallaron la discreta maniobra que permitió a la dirigente evadir la vigilancia del régimen de Nicolás Maduro.
El escape se produjo apenas un día antes de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 en Oslo, galardón que le fue otorgado por sus esfuerzos en la búsqueda de la democracia en Venezuela.
Desarrollo: Un Viaje Inconcluso y de Alto Secreto
Según la información del diario neoyorquino, Machado salió de Venezuela el martes en una operación diseñada para garantizar su seguridad y no comprometer a terceros.
- Punto de Partida: La opositora habría abandonado el territorio venezolano en una lancha con rumbo a la isla holandesa de Curazao, en el Caribe.
- Destino Final: Desde Curazao, la líder opositora habría abordado un avión privado con destino a Europa, aunque la ruta exacta y el punto de despegue no fueron especificados.
El intento de fuga se da tras pasar en la clandestinidad desde agosto de 2024 y bajo una estricta prohibición de salida del país, lo que la expone a ser declarada prófuga por el régimen. La última vez que fue vista en público fue el 9 de enero pasado en Caracas.
La Silla Vacía en Oslo
A pesar del esfuerzo, la incertidumbre envolvió la ceremonia del Nobel en el Ayuntamiento de Oslo. Ni sus colaboradores ni el Comité Noruego pudieron confirmar su paradero final.
Horas antes del evento, el Instituto Nobel difundió una llamada telefónica en la que Machado aseguraba estar “a punto de subirse a un avión” y que llegaría “esta misma noche”. Sin embargo, la promesa se frustró. La silla reservada para la líder opositora en la ceremonia, a la que asistieron dignatarios como los presidentes Javier Milei, Daniel Noboa y José Raúl Mulino, permaneció vacía, convirtiéndose en el símbolo involuntario de la lucha y el exilio forzado.
Fue su hija, Ana Corina Sosa, quien finalmente recibió el galardón en su nombre ante una ovación de pie, incluyendo al rey Harald V. Sosa leyó un mensaje de su madre donde se subraya que la democracia es “esencial para la paz” y recordó que casi nueve millones de venezolanos se han visto obligados a huir del país.
El drama del viaje inconcluso de María Corina Machado y su ausencia acentúan la dimensión política de este Nobel, dejando a su destino final ligado al de su pueblo, en una lucha que se libra entre la clandestinidad y la presión internacional.
