Nueva York, EE.UU. – Un tsunami rojo se apoderó hoy de los mercados financieros a nivel global, luego del anuncio de nuevos y agresivos aranceles a las importaciones por parte del presidente estadounidense Donald Trump. La medida desató una ola de ventas masivas, provocando un desplome histórico en Wall Street y un contagio generalizado a las principales bolsas de Europa y Asia.
La contundencia de los aranceles, que incluyen un gravamen general del 10% a bienes importados y tasas recíprocas aún más elevadas para países con supuestas barreras comerciales injustas, tomó por sorpresa a los inversores, quienes reaccionaron con una marcada aversión al riesgo.
El impacto más severo se sintió en Wall Street, donde los principales índices sufrieron pérdidas significativas. El tecnológico Nasdaq lideró la caída con un desplome del 5,9%, arrastrado por el hundimiento de las acciones de las “siete magníficas”. El S&P 500 retrocedió un 4,7% y el Dow Jones se contrajo un 3,9%.
La noticia generó una búsqueda desesperada de activos refugio. Los bonos del Tesoro estadounidense experimentaron una fuerte demanda, lo que provocó una caída en sus rendimientos. El yen japonés también se fortaleció frente al dólar.
En el mercado de divisas, el dólar estadounidense sufrió un duro revés, cayendo a su nivel más bajo desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, según destacó Ipek Ozkardeskaya. El euro se apreció más de un 2% frente a la divisa estadounidense.
Las acciones del sector tecnológico fueron las más castigadas. Apple se desplomó un 8,5%, sensible a los aranceles impuestos a China, donde concentra gran parte de su producción. Amazon.com cedió un 7,8%, Microsoft un 2% y Nvidia un 5,1%.
Europa y Asia no escapan al vendaval
El pánico se extendió rápidamente a los mercados europeos. El índice paneuropeo STOXX 600 registró una baja del 2,6%, con caídas aún más pronunciadas en las principales plazas: París se hundió un 3,3%, Fráncfort un 3,1%, Milán un 3,6% y Madrid un 1%. También sufrieron pérdidas significativas los mercados de Zúrich y Londres.
En Asia, los gravámenes de Trump impactaron con especial dureza. China enfrentará un arancel recíproco del 34%, Japón del 24%, Corea del Sur del 25% y Vietnam del 46%. La bolsa de Vietnam se desplomó un 6,7% y el índice Nikkei 225 de Japón cayó un 2,8%. Otros mercados como Shenzen y Hong Kong también registraron pérdidas, aunque más moderadas.
Materias primas y criptomonedas en rojo
El temor a una desaceleración económica global, producto de la escalada arancelaria, también golpeó con fuerza a los mercados de commodities. Los precios del petróleo se hundieron más de un 6%, con el crudo estadounidense cayendo un 7,07% y el Brent un 6,55%.
Incluso el oro, que había alcanzado un máximo histórico recientemente, perdió terreno, retrocediendo un 1,23%.
Las criptomonedas tampoco fueron inmunes al clima de incertidumbre, experimentando caídas significativas.
La justificación de Trump y las advertencias de los economistas
Desde la Casa Blanca, Donald Trump defendió enérgicamente la imposición de los aranceles, argumentando que su país ha sido “saqueado” durante décadas por desequilibrios comerciales. Presentó un gráfico detallando las nuevas tarifas diferenciadas, que incluyen un 10% para Argentina.
El mandatario republicano invocó la Ley de Poderes de Emergencia Internacional para activar las medidas, buscando forzar a sus principales socios comerciales a reducir sus propias barreras. Según el gobierno estadounidense, el déficit comercial acumulado en 2024 superó los 1,2 billones de dólares.
Trump aseguró que los aranceles permitirán el regreso de empleos manufactureros y pondrán fin a una “estafa” para los contribuyentes. Sin embargo, economistas advierten que este aumento generalizado de aranceles podría derivar en un alza de precios en bienes de consumo, afectando tanto a hogares como a empresas, y desencadenar represalias comerciales por parte de otras economías, profundizando el riesgo de una guerra comercial global.
La jornada de hoy marca un punto de inflexión en el panorama económico mundial, sembrando la incertidumbre sobre las consecuencias a largo plazo de las políticas proteccionistas impulsadas por Estados Unidos.