El presidente Javier Milei aseguró que este año pondrá fin al control de cambios, calificándolo como un “mamarracho que nunca debería haber existido”. Las declaraciones las realizó en Suiza tras recibir el Premio Röpke del Liberal Institut. Sin embargo, tanto él como el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, han enfatizado que el levantamiento del cepo está condicionado a factores clave, entre ellos la estabilidad financiera y la entrada de dólares al país.
Declaraciones del Presidente
En su discurso, Milei destacó que el avance hacia la convergencia del tipo de cambio paralelo y oficial es un paso crucial para eliminar las restricciones cambiarias. “Este año se termina de una vez por todas”, afirmó, asegurando que el Gobierno trabaja en soluciones definitivas para los problemas de stocks del Banco Central, incluyendo negociaciones positivas con el FMI en Washington.
Condiciones necesarias para la eliminación del cepo
A pesar de las declaraciones optimistas, Caputo dejó claro en sus redes sociales que el fin del cepo “no es un tema de fechas”, sino de cumplir con tres condiciones fundamentales:
- Inflación controlada: Reducir la inflación por debajo del 2,5% mensual para disminuir el crawling peg (tasa de devaluación) al 1%.
- Equilibrio monetario: Alinear la base monetaria tradicional con la base monetaria ampliada.
- Solución del stock de deuda del Banco Central: Esto dependerá del financiamiento externo, principalmente a través del acuerdo con el FMI.
El desafío del financiamiento
Milei reconoció que, aunque el financiamiento externo es clave para acelerar la salida del cepo, el Gobierno procederá eventualmente sin él, una vez que se logre estabilizar el equilibrio de stocks del Banco Central. No obstante, aclaró que la obtención de financiamiento haría el proceso más ágil y ordenado.
Proyecciones económicas y plazos
Tanto Milei como Caputo coinciden en que, si las condiciones mencionadas se cumplen, la eliminación del cepo podría ocurrir en un contexto de menor riesgo para la economía. Sin embargo, analistas advierten que el proceso requiere un balance cuidadoso para evitar desequilibrios en los mercados.
Con estas declaraciones, el Gobierno reafirma su intención de avanzar hacia un modelo económico más abierto, pero mantiene cautela ante los desafíos que implican las restricciones cambiarias y el contexto financiero internacional.
