El inicio de 2025 marca un periodo de calma para los mercados financieros tras un 2024 de altas ganancias. Sin embargo, las perspectivas para el nuevo año revelan desafíos en el panorama internacional, particularmente en Brasil, y dudas sobre la sostenibilidad de los rendimientos extraordinarios registrados el año anterior.
Bonos argentinos: oportunidades y desafíos
Los bonos soberanos argentinos muestran optimismo moderado, aunque se estima que las ganancias de 2024 difícilmente se repetirán. Expertos destacan que los precios actuales ya reflejan expectativas de inflación decreciente, con estimaciones de 1,9% mensual para el primer cuatrimestre, 1,4% entre mayo y octubre, y 0,8% hacia finales del año.
Un evento clave será el pago de u$s3.500 millones el próximo 9 de enero, lo que podría generar un exceso de oferta de divisas y, junto con la mejora fiscal, impulsar nuevas subas en los activos argentinos. Bonos como el GD30 y el GD35 podrían aumentar hasta un 26%. No obstante, el carry trade en Argentina presenta un atractivo limitado, con oportunidades tácticas en instrumentos como LECAP y bonos CER, respaldados por las intervenciones del BCRA para contener el dólar financiero.
Brasil: el talón de Aquiles regional
El mercado brasileño se percibe como el principal desafío en la región. La depreciación del real, que podría alcanzar los 7 reales por dólar, y la inestabilidad de los precios de los minerales generan incertidumbre. Las políticas fiscales del gobierno de Lula, con un déficit fiscal cercano al 10% del PBI, contribuyen a este panorama complicado.
La intervención del banco central brasileño busca mitigar los efectos de estas condiciones, pero los inversores no perciben un cambio de tendencia significativo. Esto podría provocar una mayor búsqueda de cobertura en el sector privado, exacerbando la depreciación del real.
Panorama internacional y riesgos globales
El inicio de 2025 también está marcado por los efectos de una inflación proyectada al alza en Estados Unidos y la llegada de Donald Trump nuevamente a la Casa Blanca. Las políticas arancelarias propuestas por la administración Trump impactan en las proyecciones de la Fed, lo que ha llevado a un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro y presión sobre los mercados accionarios.
En paralelo, otros factores externos, como la ralentización económica en China y recientes atentados en Estados Unidos, añaden elementos de incertidumbre al panorama global.
Optimismo mesurado y estrategias a seguir
En Punta del Este, los principales actores del mercado financiero expresaron un optimismo cauto sobre el futuro, condicionado al control de la inflación y la estabilidad fiscal. Se anticipa una mayor competencia entre bonos soberanos, provinciales y corporativos, lo que exige estrategias más precisas en la asignación de inversiones.
Para 2025, la recomendación general es operar con cautela, dados los riesgos globales y las tensiones regionales, en un entorno que promete ser menos generoso que el del año anterior.