El presidente Javier Milei ordenó la destitución de Sonia Cavallo como embajadora argentina ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). La decisión, confirmada por el vocero presidencial Manuel Adorni, se produce en un contexto de tensiones entre el mandatario y el exministro de Economía Domingo Cavallo, padre de la diplomática saliente.
Sonia Cavallo había asumido el cargo a principios de 2024, durante la gestión de Diana Mondino en la Cancillería. Su nombramiento se había dado en un momento de estrecha relación entre La Libertad Avanza y sectores del liberalismo económico. No obstante, recientes declaraciones de su padre, en las que cuestionó la política monetaria del gobierno, habrían influido en su salida.
En los últimos días, Domingo Cavallo alertó sobre la “apreciación exagerada” del tipo de cambio y su impacto en exportadores e industriales. Milei desestimó sus críticas, calificándolo de “impresentable” y asegurando que su plan económico es “mucho más exitoso que la convertibilidad” implementada en los años 90.
Más allá del trasfondo político y económico, la remoción de Sonia Cavallo refuerza la postura del presidente respecto a quienes discrepan con su modelo. En un mensaje reciente, Milei advirtió que aquellos que se aparten de su línea de pensamiento serán apartados, asegurando que su hermana Karina Milei es la encargada de ejecutar estas decisiones.
Sonia Cavallo, economista con formación en la Universidad de San Andrés y Harvard, había tenido un rol destacado en la OEA, donde promovió cambios en diversas resoluciones sobre derechos humanos. Sin embargo, su gestión generó controversias en el ámbito diplomático.
Con esta destitución, el gobierno de Milei marca un nuevo quiebre con figuras que en su momento fueron cercanas, ratificando su criterio de alineamiento absoluto dentro de su espacio político.