El plazo fijo no convencional experimentó una alteración significativa por parte del Banco Central, desconcertando a los ahorradores.
En el inicio de la era Milei, el plazo fijo no tradicional ha experimentado un cambio drástico en los términos de sus depósitos, generando sorpresa entre los ahorristas.
Este inesperado ajuste por parte del Banco Central (BCRA) ha causado inquietud, ya que el plazo fijo no tradicional se estaba convirtiendo en la opción preferida de los inversores para salvaguardar sus ahorros.
Nos referimos específicamente al plazo fijo UVA, un instrumento de ahorro altamente atractivo en comparación con el tradicional, dado que sus rendimientos se ajustan al ritmo de la inflación.
Drástico cambio en el Plazo fijo durante la era Milei: ¿qué sucederá con los depósitos?
El plazo fijo UVA se ha vuelto más llamativo después de que el BCRA optara por reducir la tasa de interés del plazo fijo convencional.
La tasa de interés nominal anual del plazo fijo tradicional era del 133%.
Esto representaba una tasa mensual del 11%.
El 19 de diciembre de 2023, la tasa anual se redujo al 110%,
equivalente a una tasa mensual del 9%.
Dado que la tasa de inflación mensual supera ampliamente esa nominalidad, los ahorros en un plazo fijo tradicional terminan perdiendo frente a la inflación.
Plazo fijo UVA: los recientes cambios del Banco Central
En los últimos días, el Banco Central decidió realizar cambios sustanciales en el plazo fijo UVA.
A través de la fórmula UVA, estos plazos fijos son depósitos que se ajustan según la inflación,
su rendimiento sigue el ritmo de la inflación,
manteniendo un plazo máximo de 365 días.
Anteriormente, el plazo mínimo de depósito era de 90 días,
pero ahora el BCRA ha ajustado ese plazo a un mínimo de 180 días.
Esta modificación fue solicitada por las entidades bancarias al BCRA, argumentando pérdida de rentabilidad al ofrecer este tipo de plazo fijo.
Ahora, el plazo fijo UVA tiene un período mínimo de 180 días, alterando la duración de los depósitos.
Esta modificación del plazo fijo UVA crea tensiones en las decisiones de los ahorradores, quienes se encuentran en la disyuntiva de proteger sus ahorros, dado que estos rendirán en un contexto de inflación creciente, pero los depósitos deberán permanecer inmovilizados durante el doble de tiempo.
