Bruselas, Bélgica – Las drásticas medidas arancelarias anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no solo han sacudido los mercados bursátiles a nivel global, sino que también han generado un impacto significativo en el mercado de divisas, impulsando al euro a su cotización más alta frente al dólar desde finales de septiembre de 2024.
La moneda de la Unión Europea ha experimentado una notable revalorización tras los anuncios de Trump, que imponen aranceles a las importaciones provenientes de la mayoría de los países del mundo. En la jornada de hoy, el euro alcanzó una paridad de 1,11 dólares por unidad, marcando un incremento diario de aproximadamente un 1,9%.
Este movimiento consolida una tendencia alcista que el euro viene mostrando durante el último mes, acumulando una suba de más del 5,7% en su cotización frente al dólar. En términos inversos, esto representa una depreciación significativa de la divisa estadounidense en la relación bilateral.
La apreciación actual del euro revierte la tendencia a la baja que había registrado durante el último trimestre de 2024. En aquel entonces, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses y el temor a políticas proteccionistas que pudieran afectar la economía europea habían debilitado la moneda única, llevándola incluso a cotizar en torno a los 1,02 dólares por euro.
Si bien un escenario de guerra comercial plantea interrogantes sobre el nivel de actividad económica en la Eurozona, especialmente considerando los desafíos que enfrenta Alemania, su principal motor económico, analistas e inversores parecen coincidir en que la economía estadounidense será la más perjudicada por los aranceles, al menos en el corto plazo.
A pesar de la decisión de Trump de aplicar un arancel del 25% a la importación de automóviles y componentes no fabricados en Estados Unidos, un golpe directo al sector automotor europeo, los temores en el mercado financiero se centran en un impacto mayor sobre la economía estadounidense, incluyendo la inflación, el ingreso de las familias, el consumo y el desempeño de las empresas del país.
Esta percepción se refleja claramente en los movimientos negativos observados en Wall Street tras los anuncios arancelarios: el S&P 500 retrocedió un 4%, el Dow Jones cayó un 3,27% y el Nasdaq se desplomó un 5,2%.
Según Marcelo Elizondo, director de Consultora DNI, el factor clave detrás de estos movimientos financieros es la depreciación del dólar. “Lo que está ocurriendo es que se deprecian las acciones de las empresas, por previsión de menores negocios, caen algunas divisas emergentes, y eso tiene que ver con que el dólar se devalúa. Y el dólar es la referencia de valor del euro”, explicó el especialista en comercio internacional en diálogo con LA NACION.
Este debilitamiento del dólar se confirma con la caída de casi un 1,6% del Índice Dólar (DXY), un indicador que mide la evolución de la divisa estadounidense frente a una canasta de seis monedas principales, donde el euro tiene el mayor peso.
“Lo que está ocurriendo en el mundo es que hay miedo a una guerra arancelaria, por retaliaciones posteriores a las decisiones de Trump, que genere una desaceleración en el comercio internacional, y eso genere una desaceleración de la economía mundial y se alimente la inflación. No olvidemos que las exportaciones equivalen al 31% del producto mundial”, advirtió Elizondo.
Este escenario de debilidad en Estados Unidos se suma a iniciativas que están avanzando en la Unión Europea, como medidas de impulso fiscal orientadas a incrementar el gasto en defensa y a fortalecer la competitividad de su economía. La decisión del Parlamento alemán de aumentar su gasto militar y eliminar las restricciones de deuda para estas partidas es un ejemplo de ello.
En este contexto, un informe del banco ING señala que “el principal punto de compra para el euro es que es una alternativa grande y líquida al dólar, y que los problemas del dólar (consumo estadounidense más débil) son mayores que los del euro”.
La revalorización del euro tras los anuncios de Trump subraya la creciente incertidumbre y el reacomodamiento de expectativas en los mercados globales ante el recrudecimiento de las tensiones comerciales internacionales.
