El miércoles 07 de febrero de 2024, el mercado financiero argentino presenció una brecha significativa entre la cotización del dólar oficial y la del dólar blue. Según los últimos datos disponibles, el dólar blue se situó en $1115,00 para la compra y $1145,00 para la venta, mientras que el dólar oficial se ubicó en $817,92 para la compra y $877,03 para la venta.
La disparidad entre estas cifras refleja la existencia y la influencia del mercado negro de divisas en Argentina. Este mercado, que opera al margen de las regulaciones oficiales, ofrece una alternativa para aquellos que buscan adquirir moneda extranjera fuera del sistema bancario convencional. La prevalencia del mercado negro se atribuye a diversos factores, como la evasión fiscal, la rigidez de las políticas cambiarias y la creciente demanda de divisas como refugio frente a la incertidumbre económica.
Otro fenómeno destacado es el denominado “dólar contado con liquidación” o “dólar fuga”, que surge de operaciones financieras que permiten a empresas y compradores mayoristas obtener dólares en el extranjero a un precio superior al oficial.
El término “dólar blue” se refiere específicamente al dólar estadounidense adquirido en el mercado negro. Este mercado, también conocido como mercado paralelo, opera en lugares no convencionales como “cuevas” o a través de vendedores informales en las principales calles de la ciudad. La cotización del dólar blue suele ser más elevada que la oficial y tiende a aumentar en momentos de mayor control de cambios o restricciones para la compra de divisas.
Aunque el volumen de transacciones en el mercado del dólar blue es relativamente pequeño en comparación con otras operaciones cambiarias, su impacto va más allá de lo financiero. Es una variable que influye en las expectativas sociales y económicas, alimentando escenarios de inestabilidad política y financiera.
Las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) son fundamentales en este contexto. Estas reservas, compuestas por fondos en dólares u otras monedas extranjeras, respaldan diversas actividades económicas, como importaciones, pago de deuda y turismo en el exterior. Controladas por el BCRA, estas reservas son el resultado de exportaciones, créditos internacionales y fondos privados depositados en el sistema bancario.