En la jornada del 5 de julio, el mercado argentino experimentó un notable contraste en el comportamiento de los activos, con los ADRs (American Depositary Receipts) cayendo hasta un 5%, mientras que los bonos en dólares rebotaron, llevando el riesgo país a cerrar por debajo de los 1.300 puntos por tercera rueda consecutiva. Este movimiento se produce en un contexto de análisis sobre el impacto de la reciente marcha universitaria en la imagen del presidente Javier Milei y la situación internacional en Medio Oriente, que influye en los mercados emergentes.
El índice S&P Merval sufrió una caída del 0,8% tras un incremento del 1,8% en la sesión anterior. Las acciones de varias compañías encabezaron las pérdidas, incluyendo Pampa Energía (-2,6%), Transportadora Gas del Sur (-2,2%) y IRSA (-1,3%). Sin embargo, algunas acciones como Ternium Argentina (+1,9%) y Comercial del Plata (+1,5%) mostraron una tendencia positiva.
A nivel internacional, las acciones argentinas en Wall Street experimentaron descensos de hasta 4,7%, con Mercado Libre liderando las caídas. La compañía fue objeto de un cambio en la calificación por parte de J.P. Morgan, quien ahora la considera “neutral” con un precio objetivo de u$s2.400. En contraste, acciones como Despegar (+4,5%) y YPF (+0,3%) lograron registrar incrementos.
El contexto interno también se vio afectado por una Marcha Federal Universitaria que demandaba la derogación del veto a la ley de financiamiento universitario y mejores salarios para los docentes.
En cuanto a los bonos en dólares, estos cerraron con alzas de hasta 2,2%, destacando el Global 2029 (+2,2%) y el Bonar 2035 (+1,4%). Gustavo Gardey, cofundador de la consultora BRI, señaló que la continua reducción del riesgo país es un indicador positivo, sugiriendo que el flujo generado por el “blanqueo” y otras medidas de política fiscal están favoreciendo la situación de la deuda soberana.
Los analistas también indicaron que la deuda argentina ha logrado mantenerse resiliente frente a la turbulencia global, lo que sugiere una creciente confianza en la sostenibilidad de la misma, siempre y cuando el gobierno continúe con políticas de emisión controlada y un enfoque en el superávit fiscal.
En resumen, el mercado argentino sigue enfrentando desafíos tanto internos como externos, pero la mejora en los bonos y la reducción del riesgo país ofrecen un rayo de esperanza para los inversores en medio de un panorama incierto.
