Björn Höcke, líder de la Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, ha emergido como la figura más radical de la ultraderecha alemana tras su reciente victoria en dos elecciones regionales en el este del país. Con 52 años, Höcke ha capitalizado una plataforma antiinmigración y ha prometido a sus seguidores detener la inmigración, resolver la escasez de viviendas, eliminar el lenguaje inclusivo y suspender el envío de armas a Ucrania. Estas propuestas han sacudido el escenario político alemán, generando tensiones y debilitando aún más la coalición de centroizquierda liderada por Olaf Scholz.
Höcke, exprofesor de historia, ha sido una figura polémica debido a su retórica extremista y sus ataques al “régimen dictatorial de la coalición”. Fue condenado por utilizar eslóganes nazis en actos públicos, lo que ha suscitado preocupaciones sobre su intento de instaurar un régimen autoritario populista en Alemania. A pesar de su victoria electoral, la AfD enfrenta un aislamiento político, ya que todos los demás partidos han rechazado cualquier alianza con ellos, como parte de un “cordón sanitario” para contener las posturas extremistas del partido.
Desde que se unió a la AfD hace 11 años, Höcke ha visto cómo el partido ha evolucionado de una agrupación de economistas conservadores a una organización que libra guerras culturales y promueve una agenda ultranacionalista. Su apoyo entre los jóvenes, su crítica a la cultura de la memoria del Holocausto y su campaña por la paz entre Ucrania y Rusia, han consolidado su posición dentro del partido y aumentado su influencia en la política alemana.
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