El objeto espacial será analizado hasta mayo, antes de perderse de vista hasta 2028. Su impacto, aunque poco probable, podría ocurrir en diciembre de 2032.
La comunidad científica sigue de cerca al asteroide 2024 YR4, una roca espacial detectada a fines de 2024 que, según cálculos preliminares, podría impactar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Los astrónomos tienen hasta mayo de 2025 para recopilar datos cruciales, ya que después de ese mes el objeto dejará de ser visible desde los telescopios terrestres hasta su regreso en 2028.
Un riesgo en estudio
Aunque la probabilidad de colisión es baja, el hecho de que supere el 1% ha activado las alertas internacionales. Según el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, el riesgo pasó del 1,3% al 2,3%, cifra que la Agencia Espacial Europea (ESA) también ha validado con una estimación del 2,27%.
El asteroide, que mide entre 40 y 90 metros de diámetro, fue detectado por el sistema de monitoreo ATLAS desde un telescopio en Chile y, de impactar, podría liberar una energía de hasta ocho megatones de TNT, equivalente a 500 veces la bomba de Hiroshima.
Próximos pasos y vigilancia internacional
Si bien el 98% de las probabilidades indican que no habrá impacto, las agencias espaciales han puesto en marcha protocolos de seguridad. En caso de mantenerse la amenaza, la Red Internacional de Advertencia de Asteroides (IAWN) informará a la ONU para evaluar posibles medidas, como misiones de desvío o planes de evacuación en zonas de posible impacto.
Las estimaciones iniciales ubican una posible colisión en regiones de América del Sur, el océano Atlántico, África central o India. Sin embargo, nuevos cálculos en 2028 permitirán definir mejor su trayectoria.
Los científicos subrayan que, aunque es poco probable un impacto, el monitoreo de estos cuerpos celestes es clave para la prevención de desastres espaciales.