Con el objetivo de obtener mejores salarios, reducir restricciones y disminuir costos, los agricultores, actualmente acampados en carreteras cubiertas de heno y cercando París, han generado un amplio movimiento de protesta que se ha propagado por Europa.

El recién nombrado primer ministro de Francia se comprometió a brindar apoyo a los agricultores indignados el martes, ofreciendo desde asistencia financiera de emergencia hasta la regulación de alimentos importados. Estas medidas buscan calmar un movimiento de protesta que ha llevado a tractores a cerrar carreteras en toda Francia y ha inspirado acciones similares en otros lugares de Europa.
En su discurso ante la Asamblea Nacional el martes, el primer ministro Gabriel Attal expresó la necesidad de escuchar a los agricultores preocupados por su futuro y medios de vida. Su enfoque principal es garantizar una competencia justa, especialmente para que las normas aplicadas a los agricultores franceses sean respetadas por los productos extranjeros, respondiendo así a una de las principales demandas de los manifestantes: la protección contra importaciones a bajo costo.
Attal anunció medidas de emergencia para los productores de vino en dificultades, pagos rápidos de subsidios de la UE y sanciones para los minoristas de alimentos que no cumplan con la ley destinada a garantizar una parte justa de los ingresos de los agricultores.
Después de días de protestas crecientes, los agricultores franceses pasaron la noche en barricadas, defendiendo la idea de que la agricultura se ha vuelto demasiado difícil y poco rentable. Los manifestantes, insatisfechos con las medidas anunciadas por Attal la semana pasada, amenazaron con trasladarse a París si no se cumplen sus demandas.
En respuesta, el gobierno ha desplegado 15,000 agentes de policía, en su mayoría en la región de París, para evitar cualquier intento de los manifestantes de ingresar a la capital. La tensión aumenta mientras los agricultores, equipados con tiendas de campaña y suministros, expresan su escepticismo sobre las acciones del gobierno.
La crisis alimentaria global, agravada por la guerra de Rusia en Ucrania, ha exacerbado los problemas de los agricultores franceses, quienes argumentan que los altos costos de insumos y la competencia desleal afectan sus ingresos. El presidente francés, Emmanuel Macron, se reunirá en Bruselas para discutir la crisis agrícola, defendiendo la política agrícola de la UE como vital para la supervivencia de la agricultura europea en una economía globalizada.