Washington D.C., Estados Unidos. En un giro significativo en la política exterior estadounidense, el presidente Donald Trump ha redoblado la presión sobre el Kremlin, lanzando un ultimátum directo a Vladímir Putin. Desde el Salón Oval de la Casa Blanca, y acompañado por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump advirtió este lunes que si Rusia no acuerda un alto el fuego en Ucrania en los próximos 50 días, Washington impondrá “aranceles muy severos”, de hasta el 100%, tanto a Moscú como a las naciones que continúen comerciando con el gobierno ruso.
“Estoy muy, muy descontento con Putin. Hablamos mucho, las conversaciones suenan bien, pero después caen misiles sobre Kiev y mueren civiles. Esto tiene que parar”, expresó Trump, quien durante su campaña había prometido poner fin al conflicto en 24 horas, un tema que se ha vuelto incómodo para su administración.
La advertencia de Trump no se limitó a Moscú. El mandatario estadounidense también apuntó a los aliados de Putin, anunciando un “arancel secundario” del 100% para aquellos países que sigan haciendo negocios con Rusia. “Si no quieren elegir, elegiremos por ellos”, deslizó, en un claro mensaje de que la neutralidad no será una opción.
Presión interna y nuevo paquete de ayuda militar
La postura más dura de Trump también responde a una creciente presión desde el Congreso. El senador Lindsey Graham ha impulsado un proyecto de ley que permitiría al Presidente “atacar la economía de Putin y todos aquellos países que apoyan la maquinaria de guerra de Putin”, imponiendo aranceles del 500% a quienes comercien con Rusia. Si bien Trump manifestó no estar seguro de que necesiten esa ley, el anuncio de hoy sugiere una alineación con el espíritu de dicha iniciativa.
En un movimiento que contrasta con su habitual escepticismo hacia Europa y la OTAN, Trump elogió a la Alianza Atlántica y anunció un acuerdo para que los países del bloque financien el envío de armamento a Ucrania, incluyendo misiles Patriot fabricados en Estados Unidos. “Nosotros no vamos a pagar. Ellos van a pagar por esas armas, y nosotros las vamos a fabricar”, afirmó el mandatario, marcando un cambio en la estrategia de financiamiento de la ayuda militar.
La visita de Rutte a Washington tenía precisamente el objetivo de coordinar posiciones ante el estancamiento del conflicto y el endurecimiento de la ofensiva rusa. El secretario general de la OTAN celebró el anuncio como “un paso adelante” y anticipó que “esta es solo la primera ola” de apoyo europeo.
La paciencia de Washington se agota: ¿Paz forzada?
“Si no hay resultados, habrá consecuencias. No me importa quién quede mal parado”, advirtió el presidente, en un claro guiño a Ucrania y un reflejo de la creciente frustración por la falta de avances en el conflicto.
Expertos advierten que el “acuerdo de paz” que busca Trump podría implicar concesiones impuestas a Ucrania, mientras Putin sigue sin mostrar señales reales de querer negociar algo distinto a una victoria total.
Trump concluyó su mensaje con una clara advertencia a Putin: “No quiero decir que es un asesino, pero sí que es un tipo duro. Ha engañado a mis predecesores, a [Bill] Clinton, a Bush [hijo], a [Barack] Obama, pero no a mí: tiene que haber progresos inmediatamente. Si no actúa, ya no me importan las palabras”, sentenció, dejando en claro que, a 50 días del plazo límite, la paciencia de Washington se está agotando.





