Tel Aviv, Israel – La escalada bélica entre Israel e Irán ha sumido a miles de turistas y residentes extranjeros en una situación de extrema incertidumbre, sin vuelos ni vías de escape seguras. En medio de este escenario volátil, argentinos varados comparten sus inquietantes relatos, marcados por las alarmas constantes, la búsqueda de refugio y la angustia de no saber cuándo podrán regresar a casa.
Melanie Abulafia, una joven argentina residente en Madrid que se encontraba de visita en Tel Aviv, revivió el momento en que la normalidad se quebró: “Estaba sola cuando sonaron las alarmas y mis tíos y una amiga me llamaron para que fuera al refugio urgente. Ahí supe que algo grave pasaba”. Las alarmas, recibidas directamente en el celular por geolocalización, anunciaban ataques desde Irán, generando confusión y temor. Actualmente, Melanie permanece en las afueras de Tel Aviv, ya que en el centro “se escuchaban los impactos con muchísima fuerza”, e incluso “llegó a vibrar el refugio interno porque un misil cayó muy cerca”.
Melanie evalúa las opciones de evacuación. Inicialmente descartó la salida terrestre hacia Egipto por considerarla riesgosa, prefiriendo esperar la apertura del espacio aéreo israelí. Sin embargo, la evacuación vía Egipto, prevista para el domingo 22 de junio, fue cancelada por razones logísticas. En su lugar, el gobierno argentino, en coordinación con autoridades israelíes, habilitó dos vuelos de evacuación desde el aeropuerto Ben Gurion hacia Roma, programados para el lunes 23 y el martes 24 de junio, exclusivamente para ciudadanos argentinos no residentes en Israel. Desde Roma, se gestiona un posible vuelo de regreso a Argentina, aunque la Cancillería aún no ha informado oficialmente el estado de estas negociaciones.
Aeropuerto Cerrado y Vías Alternativas de Escape
El Aeropuerto Internacional Ben Gurión, la principal puerta de entrada y salida de Israel, permanece cerrado al público general desde el 12 de junio. Esta situación ha impulsado la búsqueda de alternativas entre los argentinos varados, que se comunican a través de grupos de WhatsApp. Entre las opciones más mencionadas figuran la salida terrestre hacia Jordania (por Amán o Áqaba), el cruce a Egipto a través de Sharm el-Sheikh y la posibilidad de embarcar hacia Chipre.
A pesar de que algunas agencias turísticas ofrecen traslados a estos destinos, la Embajada Argentina advierte oficialmente que “no recomienda ni se hace responsable por esas vías”, debido a los riesgos inherentes.
Una argentina de 26 años, residente en Tel Aviv desde hace casi tres años y que prefirió mantener el anonimato, fue tajante: “Como ciudadana israelí, es más peligroso que me acerque a cualquier frontera a intentar salir, que quedarme acá”.
El Ministerio de Turismo de Israel informó que, de los 40.000 visitantes presentes al estallar el conflicto, unos 32.000 aún permanecen en el país, y cerca de 22.000 turistas han solicitado salir. Los vuelos organizados hasta ahora por el gobierno israelí estaban destinados al regreso de ciudadanos varados en el exterior, sin habilitar la salida de turistas. No obstante, la ministra de Transporte, Miri Regev, anticipó que a partir del lunes Israel podría autorizar vuelos de salida, priorizando casos humanitarios, urgencias médicas, grupos de jóvenes y delegaciones deportivas.
La Resiliencia en Medio del Conflicto
Desde Jerusalén, el rabino argentino Alejandro Avruj, quien quedó varado tras viajar para la entrega del premio Génesis al presidente Javier Milei, describió el clima de la ciudad: “La gente aquí en Israel, por supuesto que está angustiada, movilizada, sin dormir”. El rabino, conocido como Rab Avruj, relató que los ataques son mayormente nocturnos y que, si bien no hubo bajas militares, “los misiles están dirigidos a la población civil”. La sensación de vulnerabilidad es palpable: “Hoy para mucha gente es muy importante y prioritario salir de esta zona de conflicto”.
Avruj, que ahora está con su esposa, destacó la asistencia de la diplomacia argentina: “La embajada se portó muy bien, estuvimos en contacto continuamente. Hay varios grupos de WhatsApp y una red de comunicación para argentinos que están acá varados”.
Desde el sur del país, en Eilat, Itai Ziperfal, un israelí de origen argentino y operador turístico, ha estado ayudando a decenas de turistas a salir del país. “Mucha gente me llamó angustiada, sin saber qué hacer. Hoy mismo me contactó una familia: el papá argentino, la hija con necesidades especiales, la mamá en tratamiento con pastillas… No saben si esperar el vuelo de la embajada o buscar otra salida”. Ziperfal ha organizado unas 15 evacuaciones informales por tierra antes y durante el conflicto, acompañando a los viajeros hasta la frontera. “Todos los viajes salieron bien”, aseguró.
La resiliencia es una constante en la sociedad israelí. Ziperfal afirmó que “la mayoría entiende que esto pasará. Que hay que resistir, y después se verá”. A pesar de las críticas al gobierno, el consenso social ante la amenaza externa es amplio: “El 90% de la población está unida en torno a la idea de que ahora lo importante es poder vivir acá sin amenazas”, concluyó. El rabino Avruj añadió una perspectiva crítica: “Nosotros conocemos lo que es el fanatismo religioso y terrorista de Irán, que destruyó dos veces el corazón de Argentina”.
La situación de los argentinos en Israel sigue siendo compleja y en constante evolución, con la esperanza puesta en las evacuaciones y el fin de las hostilidades.