El presidente Javier Milei realizó una visita sorpresa a Bahía Blanca, con el objetivo de mostrar cercanía y apoyo a la ciudad tras el devastador temporal. Este viaje se produjo en un contexto de críticas hacia el Gobierno por su aparente falta de respuesta ante la catástrofe.
Milei llegó a Bahía Blanca junto a miembros de su gabinete, incluyendo a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el jefe de gabinete, Guillermo Francos, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Defensa, Luis Petri.
La visita se planeó en secreto, con el objetivo de evitar filtraciones y generar un impacto positivo. Fuentes cercanas al Presidente afirmaron que la decisión de viajar se tomó “hace días”, en respuesta a las críticas por la falta de presencia del Gobierno en la zona afectada.
El Gobierno fue acusado de mostrar “falta de interés y sensibilidad” ante la situación, especialmente tras la visita del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien llegó a Bahía Blanca horas después del pico del temporal.
Desde el Gobierno, se minimizó la importancia de la visita de Kicillof y se destacó que Milei mantuvo comunicación constante con el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, a quien le expresó su apoyo.
La visita de Milei incluyó una recorrida por las zonas afectadas por la inundación, organizada por el intendente Susbielles. No se realizaron conferencias de prensa ni declaraciones públicas por parte del Presidente.
La visita de Milei se produce en un momento de desafíos políticos para el Gobierno, con encuestas que muestran una baja en la imagen presidencial y protestas en Buenos Aires, como la de jubilados frente al Congreso y el debate sobre el caso “criptogate” en la Cámara de Diputados.