En Ucrania, se han registrado ataques con enjambres de drones procedentes de Rusia, dirigidos tanto a puertos estratégicos para la exportación de grano como a la capital, Kiev. Según las autoridades ucranianas, una decena de drones enviados desde Rusia fueron derribados en Kiev, pero algunos de sus restos causaron daños en edificios. Además, se afirma que diez drones Shahed de diseño iraní, que fueron disparados contra Kiev, también fueron derribados gracias a la defensa antiaérea.
En el sur de Ucrania, cerca de la frontera con Rumanía, los ataques con drones Shahed afectaron infraestructuras portuarias, incluido un elevador de grano, causando daños y un incendio en las instalaciones que transportan las exportaciones de grano del país. Estos ataques han sido especialmente perjudiciales para el puerto de Odesa, que ha sufrido repetidos golpes desde que Rusia retiró un acuerdo que permitía a Ucrania exportar grano a nivel mundial.
Además, un dron se estrelló contra un rascacielos en el corazón financiero de Moscú, y la defensa antiaérea también derribó dos drones en la región de Moscú. Estos acontecimientos han llevado a tensiones crecientes y advertencias sobre una escalada en el conflicto, con Ucrania sugiriendo que Moscú podría enfrentar más ataques con drones y posibles conflictos internos.
El portavoz del Kremlin, por su parte, admitió la existencia de la amenaza y aseguró que se están tomando medidas para abordarla.
