En las últimas semanas, varios turistas han enfrentado problemas al intentar ingresar a Estados Unidos, lo que ha generado preocupación sobre los procedimientos en los puntos fronterizos.
Uno de los casos más notorios fue el de una ciudadana británica de 28 años que pasó tres semanas en un centro de detención en Washington tras ser rechazada en la frontera con Canadá debido a presuntas irregularidades en su visa. De manera similar, dos turistas alemanes fueron deportados luego de permanecer detenidos en San Diego sin recibir explicaciones claras sobre su situación.
Estos incidentes han puesto en alerta a viajeros internacionales, especialmente a aquellos provenientes de países con acuerdos de exención de visado. Aunque muchas nacionalidades pueden acceder al país mediante el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA), esto no garantiza la entrada. Al llegar, los visitantes deben pasar una evaluación migratoria en la que se analiza el propósito de su viaje y su cumplimiento con las regulaciones establecidas.
Requisitos y restricciones para ingresar a EE.UU.
Para viajar a Estados Unidos, los visitantes deben contar con un pasaporte válido y, en la mayoría de los casos, una visa o un ESTA aprobado con al menos 72 horas de antelación. Quienes requieren una visa deben tramitarla en los consulados, presentar la documentación necesaria y asistir a una entrevista, proceso que tiene un costo de $185 dólares.
Existen diferentes categorías de visas para turistas: la B-1, destinada a viajes de negocios, la B-2 para turismo y la B-1/B-2 que combina ambos propósitos. Aunque estos permisos pueden tener una validez de hasta 10 años, la estancia máxima en el país suele ser de seis meses.
Los viajeros con visa de turista tienen restricciones específicas: no pueden trabajar, estudiar, ejercer actividades remuneradas en medios de comunicación ni residir de manera permanente en el país.
Derechos y procesos en los controles migratorios
Al llegar a los puntos de entrada, los visitantes pueden ser sometidos a inspecciones de rutina, donde se les pregunta sobre el motivo de su viaje, su tiempo de estancia y su hospedaje. En algunos casos, las autoridades pueden realizar registros de pertenencias, incluyendo dispositivos electrónicos, sin necesidad de sospecha de delito.
Si un visitante es considerado inadmisible, puede optar por regresar voluntariamente a su país o enfrentar detención. Aquellos que son expulsados bajo orden de deportación pueden ser sancionados con la prohibición de ingresar a Estados Unidos por hasta cinco años.
Ante este panorama, se recomienda a los viajeros conocer las regulaciones migratorias y asegurarse de cumplir con los requisitos establecidos para evitar inconvenientes al ingresar al país.