Los residentes de Ramallah están siguiendo de cerca las noticias impactantes que llegan desde la Franja de Gaza, debido a la operación militar de Israel contra el grupo terrorista Hamas.
A partir del 7 de octubre, conocido como el “11-S de Israel”, no ha sido posible acceder a la Franja de Gaza. Ese día, los militantes de Hamas llevaron a cabo un ataque sorpresa en el sur de Israel, resultando en una masacre con al menos 1,200 víctimas. En respuesta a este ataque, Israel lanzó la operación “Espadas de Hierro”, que provocó bombardeos masivos y causó un gran número de víctimas y una destrucción devastadora en Gaza.
Shawan Jabareen, director de Al-Haq, una organización palestina dedicada a la defensa de los derechos humanos, está siguiendo de cerca las trágicas noticias que llegan desde Gaza, donde tiene numerosos familiares, amigos y conocidos. Él intenta monitorear la situación desde su oficina en Ramallah, que de facto funciona como la capital del Estado de Palestina no reconocido.
Los periodistas pueden acceder a Ramallah desde Jerusalén, que se encuentra a solo 17 kilómetros de distancia, a pesar de los obstáculos físicos que impone el muro de separación construido por Israel en 2002 para protegerse de los ataques suicidas palestinos.
La situación en Cisjordania, territorio bajo control israelí, se ha vuelto tensa desde el 7 de octubre, con enfrentamientos mortales entre palestinos e israelíes. Esta violencia ha dejado un saldo de al menos 23 muertos y 130 heridos, y ha paralizado gran parte de la vida en la región.
Shawan Jabareen denuncia que los ataques en Gaza no son selectivos y que están dirigidos deliberadamente contra la población civil. Además, señala que las declaraciones de los líderes israelíes sugieren un intento de genocidio, mientras la comunidad internacional permanece en silencio e indiferente.
Jabareen insiste en que la prioridad de su organización es proteger a todos los civiles, independientemente de su origen, y subraya que la violencia actual tiene sus raíces en décadas de opresión y violación de los derechos palestinos por parte de Israel. A pesar de las circunstancias, enfatiza que la solución a este conflicto es de naturaleza política y no militar, pero lamenta la falta de una agenda de paz por parte de Israel.
Los palestinos en Ramallah, incluido el exministro de Relaciones Exteriores Nabeel Shatt, están angustiados por la situación en Gaza y la incertidumbre que enfrenta su gente. Arafat, el exlíder palestino, no podría haber resuelto este catastrófico momento, pero en su momento logró mantener la paz durante un tiempo a pesar de las circunstancias desafiantes.
