Patricia Bullrich, quien quedó en tercer lugar en las elecciones recientes en Argentina, ha solicitado el respaldo para el candidato de extrema derecha Javier Milei en la segunda vuelta del 19 de noviembre, argumentando que es necesario derrotar al kirchnerismo. En sus palabras, “Cuando la patria está en peligro, todo está permitido. Tenemos la obligación de no ser neutrales”. Este anuncio acelera la desintegración de la coalición opositora Juntos por el Cambio.
La decisión de Bullrich de apoyar a Milei representa una fractura en la coalición Juntos por el Cambio, que previamente llevó a Mauricio Macri a la presidencia. El partido Pro, liderado por Bullrich, aportará líderes a la campaña de Milei, pero no todos los miembros de la coalición la respaldarán. Tanto la Unión Cívica Radical (UCR) como los sectores moderados del Pro han expresado su negativa a apoyar a Milei. La incertidumbre persiste sobre cuántos votos podrá sumar la ultraderecha en noviembre.
Este movimiento político marca el final de la coalición Juntos por el Cambio, que se formó como una alternativa al kirchnerismo. A pesar de sus éxitos iniciales, la crisis económica y la emergencia de Milei han debilitado a la coalición. El líder de la UCR, Ernesto Sanz, ya había indicado que su partido no respaldaría al ultraderechista.
Bullrich, en sus declaraciones, ha enfocado su objetivo en acabar con el “populismo” representado por Massa y el peronismo. Aunque previamente tuvo conflictos con Milei, la dirigente ahora ha optado por respaldarlo en busca de un frente unido contra Massa. El escenario político argentino se redefine con la aparición de un nuevo espacio político de centro, mientras que algunos miembros del Pro han optado por la extrema derecha y otros, como Horacio Rodríguez Larreta y la UCR, consideran mantener la neutralidad o respaldar a Massa.
Bullrich expresó su preocupación de que la victoria del kirchnerismo conduzca a la disolución de Juntos por el Cambio debido a prácticas de aprietes y extorsiones. La decisión de Bullrich ha generado críticas dentro de su propio partido, especialmente de la UCR.
Además, se prevé que Massa busque ganar el apoyo de aquellos desencantados con la fractura de Juntos por el Cambio, así como de votantes de izquierda y de Juan Schiaretti, un peronista no kirchnerista que gobierna en la provincia de Córdoba.
