En tan solo 24 horas, el huracán Otis pasó de ser una “tormenta tropical” a alcanzar la categoría 5.
El Centro Nacional de Huracanes afirma que no hay registros de huracanes de esta intensidad en esta región de México. Otis ha estado afectando al estado de Guerrero con vientos que superan los 300 km/h durante horas. La mala noticia es que esto es solo el comienzo. Menos de 24 horas atrás, los modelos meteorológicos no preveían que la tormenta se convirtiera en un huracán, y mucho menos en uno de categoría 5. Otis está a punto de golpear directamente Acapulco.
Nos enfrentamos a un evento de una magnitud y explosividad sin precedentes en esta zona, un hecho histórico de proporciones asombrosas. El Centro Nacional de Huracanes advierte sobre la gravedad de la situación, especialmente para el área metropolitana de Acapulco, ya que el núcleo del devastador huracán se aproximará o pasará directamente sobre la ciudad en las primeras horas del miércoles. Nunca antes se había registrado un huracán de esta intensidad en esta parte de México.
Con vientos sostenidos de 270 km/h y ráfagas que superan los 330 km/h, el impacto se espera devastador, en gran parte debido a su rápida intensificación. Lo que comenzó como una tormenta tropical se transformó en un huracán de categoría 3 en un corto período de tiempo el martes por la tarde, llegando a ser de categoría 4 en la medianoche del mismo día, y finalmente tocó tierra como un huracán de categoría 5 a las 00:30 horas, hora local.
Las consecuencias son inciertas debido a la sorprendente velocidad con la que se intensificó el huracán, lo que hace que los daños sean impredecibles. Sin embargo, se espera que cause lluvias copiosas en Guerrero y en vastas áreas de Oaxaca, lo que se traducirá en inundaciones, deslizamientos de tierra y condiciones marítimas peligrosas a lo largo de la costa.
A pesar de la gravedad de la situación, hay una pequeña ventaja, si se le puede llamar así: la geografía de México juega a su favor. Los huracanes dependen del calor del agua para mantener su fuerza, y al tocar tierra y encontrarse con el terreno montañoso de México, Otis se debilitará rápidamente y se disipará.