La cadena de incendios que asoló comunidades enteras ha dejado una estela de más de 130 muertos y numerosos desaparecidos. Aquí presentamos el relato en primera persona de uno de los sobrevivientes.

“Papá, el cielo está rojo”, fueron las palabras que resonaron en los oídos de Valentín Venegas Quezada momentos antes de que el infierno se desatara en el vecindario que ha llamado hogar durante más de dos décadas. Aunque los incendios forestales son comunes en la zona boscosa de Valparaíso, esta vez, algo era diferente: bolas de fuego caían del cielo, consumiendo todo a su paso.
“Cogimos la manguera y baldes con agua para intentar proteger nuestra casa, pero de repente el cielo se tornó negro y la oscuridad lo cubrió todo”, rememora Valentín con la voz entrecortada por la emoción. Con vientos de más de 80 kilómetros por hora avivando las llamas, la desesperación de los vecinos que luchaban por salvar sus hogares se hacía palpable. En cuestión de minutos, la situación se volvió caótica y muchos optaron por huir.
Las alertas del Gobierno chileno sobre la catástrofe llegaban a los teléfonos móviles, mientras el fuego avanzaba implacablemente. “Prepara tu bolsa”, le dije a mi hijo, pero ya era demasiado tarde. En apenas diez minutos desde el inicio de la pesadilla, intentamos rescatar a nuestras mascotas, pero estaban aterrorizadas y se dispersaban, mientras todo ardía a nuestro alrededor”, relata Valentín.
Pronto, su casa se llenó de humo y las llamas irrumpieron de manera descontrolada y brutal. “Corrí hacia la casa de mi vecina de 76 años, que estaba tratando de escapar en la calle. Entré en pánico al no encontrar a mi hijo; él no me seguía. Regresé rápidamente a buscarlo, pero en menos de un minuto, el infierno nos alcanzó”, narra con angustia, añadiendo: “Quedé atrapado entre las llamas en la calle, pero logré escapar. Aquellos que regresaron a sus hogares por algo, no sobrevivieron”.

“Nos lanzamos hacia la carretera. En las calles, la gente ardía y las casas se consumían. Pasamos entre filas de automóviles carbonizados con cuerpos dentro. Aún hay cuerpos sin identificar”, afirma, destacando que “nunca antes habíamos enfrentado una catástrofe de esta magnitud”.
El Día Después

Al día siguiente, el gobierno colocó carteles en las casas de las víctimas mortales, mientras la presencia militar invadía las calles que solían ser el escenario de juegos para docenas de niños. Los sobrevivientes regresaron a sus hogares entre los restos calcinados de los automóviles, esforzándose por salvar algo de lo que alguna vez fue su vida cotidiana. Regresar al lugar que fue su hogar durante años y encontrar solo cenizas y escombros es una experiencia desgarradora. “Muchos de mis vecinos no lograron escapar; solo en mi área, más de 20 personas perdieron la vida”, lamenta Valentín, quien, a sus 54 años, nunca imaginó enfrentar tal tragedia.
El Apoyo Llega el Día Después del Incendio
Muchos familiares acudieron al vecindario en busca de sus seres queridos, con la esperanza de encontrarlos con vida, pero los carteles en las entradas de las casas revelaban una realidad sombría. “Tratamos de apoyarnos mutuamente, de ser un sostén en este momento tan difícil que nos ha tocado vivir. Solo puedo expresar mi gratitud hacia mis amigos, que han sido increíblemente solidarios y nos han brindado una ayuda invaluable”, concluye Valentín.
El Incendio Más Devastador de la Historia Reciente
El número de muertos en los devastadores incendios que han azotado la región de Valparaíso, a 100 kilómetros al oeste de Santiago, supera los 130, con decenas aún desaparecidos, según informó el Servicio Médico Legal (SML) del Gobierno de Chile. Se trata del incendio forestal más grave en la memoria reciente y la mayor catástrofe natural desde el terremoto de febrero de 2010.
El presidente chileno, Gabriel Boric, calificó el domingo la situación como “la mayor tragedia que hemos experimentado como país desde el terremoto del 27 de febrero de 2010”. La mayoría de las víctimas se encuentran en la ciudad de Viña del Mar y sus áreas adyacentes, como Quilpué y Villa Alemana.
(MDZ)