El Senado aprobó la ley promovida por el ministro y candidato Sergio Massa, quien no estuvo presente en la sesión y espera el respaldo de la CGT. El trasfondo electoral detrás de esta medida.
El oficialismo logró la aprobación en el Senado de la ley que suprime el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría. Esta ley, impulsada por el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, busca impulsar su campaña, asegurar el respaldo de los sindicatos más influyentes y atacar uno de los principales puntos de discurso de Juntos por el Cambio durante el debate electoral.
La iniciativa, que busca eximir del pago de este impuesto a prácticamente todos los trabajadores en relación de dependencia al elevar el mínimo no imponible a $1,9 millones de salario bruto, ya había sido aprobada la semana pasada en la Cámara de Diputados. En el Senado, liderado por Cristina Kirchner, la ley recibió 38 votos a favor y 27 en contra (todos de Juntos por el Cambio) después de un proceso rápido en comisiones.
Según fuentes de iProfesional, inicialmente se esperaba que Massa asistiera al Senado junto a la cúpula de la CGT, al igual que lo hizo en Diputados, para presenciar la votación de la ley que impulsó. Sin embargo, la controversia en torno a la jueza Ana María Figueroa creó tensión y empañó el logro del ministro-candidato.
A pesar de ello, la aprobación de la nueva ley de Ganancias se produjo de acuerdo a las expectativas de Massa, gracias al respaldo de bloques aliados al oficialismo. El ministro-candidato celebrará esta victoria en el acto organizado por la CGT este viernes en la Plaza del Congreso, como una muestra de apoyo a su campaña.
Esta nueva ley de Ganancias se ha convertido en el pilar central de la campaña de Massa, con el objetivo de acceder al balotaje debido a su doble efecto político: en primer lugar, beneficia a aproximadamente 800 mil trabajadores, principalmente en sindicatos poderosos como Camioneros; en segundo lugar, obliga a Juntos por el Cambio a votar en contra, lo que pone a su candidata, Patricia Bullrich, en una posición incómoda que requiere explicaciones detalladas.
De esta manera, el impuesto de la cuarta categoría queda eliminado y solo se aplicará a los ingresos que superen 15 salarios mínimos, vitales y móviles (SMVM), lo que afectará a CEOs, gerentes, subgerentes, trabajadores calificados y a las jubilaciones y pensiones privilegiadas.
Tras el aumento del salario mínimo anunciado la semana pasada, el mínimo no imponible se establece en $1,9 millones de salario bruto, y la nueva ley contempla una actualización automática a partir de 2024, que se realizará en enero y julio de cada año.
Además, la ley crea un “régimen simplificado cedular dentro del impuesto a las ganancias denominado Mayores Ingresos”, que entrará en vigencia el 1 de enero de 2024, y establece un mínimo no imponible de 180 SMVM anuales. Este régimen establece una escala progresiva que comienza a aplicarse a partir de los 180 salarios mínimos vitales y móviles, con una tasa que varía del 27% al 35%, aplicada exclusivamente al excedente. Esto significa que solo alrededor de 88 mil contribuyentes, menos del 1%, estarán sujetos a este impuesto.
El objetivo político de Massa con la nueva ley
El miércoles pasado, en Ensenada, el ministro-candidato calificó la sesión del Senado como un “día histórico” y anticipó que será “el primer presidente que cumpla” con la eliminación del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores, una promesa que también había hecho Mauricio Macri antes de asumir la presidencia.
El rédito político para la campaña de Massa radica principalmente en este argumento. El ministro enfatiza constantemente que “el salario no es ganancia”, y por lo tanto, la ley demuestra su coherencia. Sin embargo, su objetivo final va más allá.
Massa tenía la intención de lograr la aprobación de esta ley antes de participar en el primer debate presidencial. El Senado de Cristina Kirchner cumplió con su deseo. Ahora, Massa no solo puede destacar este logro en el debate con sus competidores, sino que también puede resaltar la oposición de Juntos por el Cambio a un proyecto que incluso fue respaldado en Diputados por Javier Milei, un rival incómodo para Bullrich.
Juntos por el Cambio presenta un argumento basado en la economía: los cambios en Ganancias propuestos por Massa resultarán en una drástica disminución de la recaudación, que podría llevar a una “hiperinflación” si no se compensa con una reducción del gasto público y se recurre a una mayor emisión monetaria para llenar el vacío.
En resumen, Juntos por el Cambio se posiciona como una fuerza “responsable” frente a la “irresponsabilidad” que le atribuye a Massa. Sin embargo, Massa entiende que este argumento, al que también se suma Bullrich, tiene poco atractivo en una campaña electoral en la que el enfoque principal es convencer a los votantes y prometer mejoras en el poder adquisitivo.
Además, el rechazo de Juntos por el Cambio a la nueva ley permite al oficialismo criticar a Bullrich en uno de los puntos clave de su campaña: la promesa de reducir la carga impositiva. Independientemente de las explicaciones que ofrezca la candidata opositora, Massa puede destacar que su rival está a favor de reducir impuestos pero vota en contra de esta medida.
El respaldo de los sindicatos, otro componente de la estrategia de Massa con respecto a Ganancias
La aprobación de la nueva ley en el Senado brindó a Massa una herramienta útil para desafiar a Juntos por el Cambio frente al electorado y, en combinación con la popularidad de Milei, intentar marginar a Bullrich en las elecciones de octubre y avanzar al balotaje junto al candidato libertario