Tras la decisión, la derecha muestra consternación mientras que la izquierda busca alternativas.
“Esperamos que este resultado se traduzca en una reflexión profunda para alcanzar acuerdos esenciales en temas como pensiones y pacto fiscal”, expresó Camila Vallejos.
Con una clara mayoría del 55,7%, el pasado domingo se impuso la opción de rechazar un texto conservador presentado por un órgano liderado por fuerzas de derecha, en contraste con el 44,2% que votó a favor. Chile ha rechazado dos propuestas en poco más de un año para reemplazar la Constitución de 1981, aunque esta fue parcialmente reformada en democracia tras ser promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Tanto la ultraderecha como la derecha asimilan su derrota y compiten por liderar el sector, mientras que el Gobierno se enfoca en impulsar reformas, especialmente en pensiones y el pacto fiscal.
La vocera presidencial, Camila Vallejo, instó a “pasar página” y avanzar en las reformas estrella del Ejecutivo, especialmente las de pensiones y pacto fiscal, que han enfrentado obstáculos en el Parlamento. Destacó la necesidad de unidad y acuerdos para construir un mejor Chile.
Vallejo lamentó que los procesos constituyentes anteriores no lograron unir al país y abogó por dejar atrás las diferencias para avanzar. El Gobierno presentará próximamente novedades sobre su propuesta de pacto fiscal, que busca recaudar el 2,7% del PIB en seis años para financiar la agenda social. Las derechas se oponen a subidas de impuestos y cambios en el sistema privado de pensiones.
El rechazo a la nueva Constitución, que planteaba mayor privatización de servicios básicos y cambios en la ley del aborto, se destacó en 13 de las 16 regiones. El ultraderechista Partido Republicano, principal impulsor de la propuesta, enfrenta divisiones internas y la competencia por el liderazgo conservador.
José Antonio Kast, líder republicano, admitió fallos en la explicación de la propuesta y enfrenta la escisión de un grupo radical. La derecha tradicional, representada por Javier Macaya, presidente de la UDI, señaló su oposición a reformas en un momento crítico para Chile.
Ante este escenario, analistas advierten que la derecha tradicional debe decidir su rumbo, optando entre ser obstaculizadora o responder a las demandas sociales, evitando ser absorbida por la ultraderecha.
