Buenos Aires, Argentina – La plaza financiera argentina navega en un mar de incertidumbre y desconfianza. Las decisiones y el rumbo del Banco Central (BCRA) y el Ministerio de Economía, liderados por Santiago Bausili y Luis Caputo (Toto), respectivamente, generan cada vez más cuestionamientos entre operadores y analistas, quienes no encuentran explicaciones claras a los vaivenes de las últimas jornadas cambiarias y financieras.
A estas alturas del año, el mercado no esperaba enfrentar la compleja situación actual. Voces expertas advierten que los “nubarrones” que se vislumbraban desde hace meses y que fueron ignorados por Casa Rosada y el equipo económico, se han materializado. La falta de una política monetaria definida y las señales cruzadas del BCRA son el centro de las preocupaciones.
Desconfianza Creciente y Ruidos Internos en el BCRA
La tensión es palpable en las mesas de operaciones. Profesionales del mercado confiesan su dificultad para explicar a los clientes la errática conducta del equipo económico. Se rumorea sobre serios “ruidos” y desavenencias internas en la cúpula del BCRA, minando la armonía dentro del edificio de Reconquista. La incertidumbre sobre la política monetaria del tándem Bausili-Caputo es total.
Uno de los puntos más criticados es la impericia en el desmantelamiento de las LEFI (primas hermanas de las LELIQ y los PASES). A esto se suman los comentarios del propio Caputo, que han impactado negativamente en el ánimo de los operadores. Una anécdota que circula en el mercado, replicada desde el exterior, sugiere que el Fondo Monetario Internacional (FMI) habría “aconsejado” a Caputo, en tono irónico, “¡compra reservas, campeón!”, como si le pidieran aplicar su propia medicina cambiaria. Este “consejo” habría derivado en las recientes compras de divisas por parte del Tesoro, que ya acumula unos 1.000 millones de dólares en el último mes.
Un “Service” Urgente para el Modelo Económico
La necesidad de un “service” o recalibración del modelo económico actual es un tema que gana consenso entre diversas consultoras y analistas. Muchos coinciden en que el programa, tal como está, no es sostenible a largo plazo ni llegará a 2027. Este modelo, basado en el “carry trade” (aprovechar la diferencia entre tasas de interés y devaluación), requiere ajustes urgentes para alcanzar el tan ansiado acceso a los mercados voluntarios de deuda internacionales. El debate se centra ahora en cuándo el Gobierno realizará este “service”, ya que el triunfo electoral del oficialismo ya está “descontado” en los precios de los activos. La pregunta clave es qué nuevos “drivers” o catalizadores podrían impulsar una remontada del mercado, dado que un riesgo país de 700 puntos y una tasa del 12% no son sostenibles: tarde o temprano, vendrá una reestructuración o una compresión de tasas.
El dólar y las tasas de interés acaparan la atención de todos, pero la política también se cuela en las conversaciones. Se comenta que el Gobierno busca asegurar los “87 héroes” —los diputados que respaldaron el veto a leyes previsionales y de presupuesto universitario el año pasado— para las próximas alianzas y acuerdos. A diferencia de lo que se cree, el oficialismo podría estar cerca de conseguirlos, aunque con negociaciones y concesiones.
Estrategias de Corto Plazo y la Necesidad de un Corredor de Tasas
En una reciente reunión entre tesoreros de los principales bancos de la City, se debatió arduamente el “carry”. El consenso es que, tras los desaciertos del equipo económico, es crucial hacer creíble para el mercado una banda cambiaria superior. Hoy, posicionarse en largo plazo se considera una estrategia “muy valiente”. En este escenario de incertidumbre, se priorizan las estrategias de muy corto plazo, combinando Letras cortas con bonos Duales.
La conclusión unánime es que el BCRA debe “tragar saliva” y restablecer un corredor de tasas de interés. De lo contrario, el manejo de la liquidez del sistema se convertirá en un “tren fantasma”, sin piso ni techo tras la desaparición de las LEFI y los PASES. Se anticipa una mayor volatilidad en las tasas de interés, complicando aún más la situación para las tesorerías corporativas, que han visto esfumarse instrumentos como las LEFI y los FCI money market de su menú.
El FMI en el Horizonte: ¿Un Cambio de Política?
En otro ámbito, una fuente con conexiones en Washington adelantó a fondos locales que el desembolso del FMI, si todo avanza según lo previsto —es decir, tras la aprobación de la revisión técnica, el “waiver” y el paso por el Board (lo que tomaría unas dos semanas)—, podría concretarse a principios de agosto. La expectativa es que, una vez que Caputo reciba esos fondos pendientes, quizás se produzca un cambio en la política económica. Por ahora, pocos se animan a “pagar para ver”, manteniendo la cautela en un mercado a la espera de señales claras.