El Parlamento Europeo aprobó, con una pequeña mayoría a pesar de la oposición conservadora, una legislación destinada a restaurar los ecosistemas terrestres y acuáticos en la Unión Europea, como parte del Pacto Verde de la UE. El objetivo del texto es preservar la biodiversidad mediante la restauración de tierras y espacios marinos afectados por la contaminación y la explotación intensiva. El Partido Popular Europeo (PPE), el grupo parlamentario más grande, intentó oponerse argumentando que esto afectaría la seguridad alimentaria y limitaría el desarrollo de energías renovables. Sin embargo, el texto fue aprobado y ahora se procederá a negociar una ley definitiva con los gobiernos de los Estados miembros de la UE.
El plan tiene como objetivo frenar el deterioro de la biodiversidad y abordar el cambio climático mediante la reparación de ecosistemas dañados. Según datos de la Comisión Europea, más del 80% de los hábitats naturales de la UE tienen un estado de conservación deficiente o mediocre, y hasta el 70% de los suelos están en mal estado. La ley obligaría a los 27 Estados miembros a implementar medidas de restauración para el 20% de las áreas terrestres y marinas de la UE antes de 2030, y para todas las áreas que lo necesiten antes de 2050.
Aunque el texto fue celebrado como una victoria para la naturaleza y la UE, los ecologistas lo consideraron suavizado en comparación con las propuestas iniciales. Greenpeace se congratuló por la aprobación de objetivos legalmente vinculantes para la restauración de áreas naturales degradadas. Sin embargo, hubo preocupación por parte de los conservadores sobre el impacto en la agricultura, la pesca y las energías renovables, argumentando que la restauración de la naturaleza no debe impedir la producción económica. Algunos críticos también acusaron a los conservadores de adoptar una postura electoralista y hacer afirmaciones falsas para acercarse a la extrema derecha y los euroescépticos de cara a las elecciones de junio de 2024.