El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado su pronóstico sobre la economía argentina, previendo una caída del 2,5% del Producto Bruto Interno (PBI) para este año. Esta revisión a la baja se justifica por el impacto de una histórica sequía y contrasta con el crecimiento que experimentarán otras economías principales de América Latina.
Hasta hace poco, el Gobierno argentino sostenía que la recuperación económica estaba en marcha tras la pandemia de COVID-19, pero este nuevo pronóstico del FMI pone fin a esa expectativa y señala la recesión como una realidad inminente.
El FMI también ha ajustado su estimación sobre la inflación para este año, fijándola en un preocupante 120%. Los economistas del organismo han atribuido la difícil situación de la economía argentina a la sequía, que ha impactado negativamente en las exportaciones y generado una disminución de alrededor de US$20.000 millones.
Por otro lado, el FMI ha ofrecido proyecciones más alentadoras para el resto de la región y el mundo, anticipando un crecimiento en América Latina y el Caribe del 1,9% en 2023, con mejoras para Brasil y México.
En cuanto a la economía mundial, el FMI prevé una recuperación gradual de la pandemia y la crisis en Ucrania. Sin embargo, advierte que la subida de las tasas de interés para controlar la inflación sigue afectando negativamente la actividad económica y mantiene el crecimiento mundial en niveles débiles. Para los Estados Unidos, el pronóstico también se ha ajustado a la baja, previendo una desaceleración del crecimiento en los próximos años.
