El gobierno de Donald Trump implementará aranceles generalizados a las importaciones de Estados Unidos, una medida que el presidente ha denominado el “Día de la Liberación”, con el objetivo de “revertir las prácticas comerciales desleales” y proteger la industria estadounidense. Sin embargo, esta decisión ha generado cautela y preocupación en los mercados y analistas, quienes temen un impacto negativo en la economía global.
El sector automotriz será el principal foco de los aranceles, con un recargo del 25% a los vehículos importados, afectando principalmente a países como México, Japón, Corea del Sur, Canadá, Alemania y Reino Unido. Además, se incrementará el arancel a los autos eléctricos chinos al 125%.
También se prevé la imposición de aranceles a otros productos importados, con un plan que aumentaría los aranceles en un 20% para casi todos los países.
El gobierno de Trump argumenta que estos aranceles impulsarán la inversión productiva y la creación de empleo en Estados Unidos, además de reducir el déficit presupuestario. Sin embargo, existe el temor de que la medida genere un aumento de la inflación y una posible recesión global, especialmente si otros países responden con represalias comerciales.
Canadá ya ha anunciado que responderá con sus propios aranceles, y analistas sugieren que Trump podría utilizar esta medida como herramienta de negociación para obtener concesiones de otros países.
Los mercados han reaccionado con cautela ante el anuncio, con una caída en el índice de confianza del consumidor y un desprendimiento masivo de acciones en Wall Street.
Especialistas advierten que los aranceles podrían encarecer la producción y el consumo en Estados Unidos, además de generar una desintegración del comercio multilateral y una mayor inflación a nivel global.
En cuanto al impacto en Argentina, el sector energético, especialmente las exportaciones de petróleo crudo, sería el más afectado. También podrían verse afectadas las exportaciones de alimentos y bebidas, minería y aluminio.
Los aranceles de Trump podrían generar una mayor presión sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Argentina, debido a la importación de inflación desde Estados Unidos.