La XLV Cumbre del Mercosur en Montevideo toma un giro trascendental tras la confirmación de la visita de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE). La presencia de la jerarca europea apunta a consolidar el histórico acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que lleva 25 años en negociación.
Un cambio estratégico en la agenda
El anuncio de la visita de Von der Leyen llevó a reconfigurar la agenda de la cumbre, adelantando la sesión de presidentes a las 8:15 del viernes. Según fuentes del Mercosur, la reunión inicial será a puertas cerradas y centrará los debates en el acuerdo comercial con la UE.
Posteriormente, la cumbre retomará su programación formal, que incluye la firma del Acuerdo de Complementación Económica con Panamá y la ratificación del Protocolo de Ushuaia sobre compromiso democrático.
El contexto de las negociaciones
Mientras los países del Mercosur afinan posiciones, Francia, liderada por Emmanuel Macron, mantiene reservas sobre el tratado, calificándolo como “inaceptable” en su estado actual. Las discusiones recientes han avanzado en un texto final, lo que alimenta las expectativas de un anuncio definitivo.
“La línea de llegada del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea está a la vista”, expresó Ursula von der Leyen.
Debut de Milei y otros temas clave
La cumbre marca el debut internacional de Javier Milei como presidente de Argentina, quien participará en discusiones junto a sus pares de Uruguay, Brasil y Paraguay, así como de los países asociados Chile y Bolivia.
En paralelo, el Consejo de Mercado Común, integrado por ministros de Relaciones Exteriores, Economía y presidentes de bancos centrales, viene desarrollando desde el jueves una serie de reuniones técnicas, cuyos resultados se presentarán como insumos clave para el encuentro presidencial.
Expectativas finales
La declaración del Consejo de Mercado Común y la reunión entre Von der Leyen y el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, prevista para la tarde del jueves en la Torre Ejecutiva, serán decisivas para delinear el curso final del acuerdo Mercosur-UE.
Con un acuerdo que podría redefinir las relaciones económicas entre Sudamérica y Europa, la cumbre se perfila como un momento histórico para ambos bloques.