Está en un punto crucial de su historia. En su próxima cumbre en Sudáfrica, se discutirá la posibilidad de expandir el grupo, lo que podría influir en la dirección futura del bloque y su respuesta ante un orden mundial que muchos perciben como dominado por Occidente.
El grupo BRICS, formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, enfrenta desafíos internos. La ausencia del líder ruso Putin, debido a posibles cargos de crímenes de guerra en Sudáfrica, y las tensiones fronterizas entre India y China, complican su cohesión. Además, mientras China rivaliza con Estados Unidos, India mantiene estrechos vínculos con Washington.
A pesar de estas dinámicas, el grupo está considerando propuestas de cerca de veinte países para unirse a su bloque de economías emergentes. Estas discusiones sobre expansión serán el foco principal de la cumbre, la cual marca el primer encuentro en persona de los líderes de BRICS desde el inicio de la pandemia.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, respalda la expansión del bloque, argumentando que un grupo más amplio representaría naciones diversas con un deseo compartido de equilibrar el orden global en una economía mundial cada vez más compleja.
La expansión del grupo podría definir su dirección e identidad, permitiendo a sus miembros tener una voz más fuerte en un sistema internacional que a menudo se considera sesgado hacia Occidente y el G7. Sin embargo, esto también podría intensificar la geopolítica, especialmente a medida que China y Rusia buscan desafiar a Occidente.
La incorporación de nuevos miembros aportaría presencia global al grupo y podría fortalecer su capacidad de contrarrestar el dominio político occidental. Sin embargo, existen opiniones divididas sobre este movimiento, ya que no todos los miembros respaldarían la entrada de los mismos países.
La elección de nuevos miembros y su influencia económica podría tener implicaciones significativas. Optar por países abiertamente antagónicos hacia Occidente, como Irán, podría inclinar el grupo hacia una postura antioccidental.
A medida que los líderes de BRICS consideran la expansión, también deben lidiar con divisiones internas. Por ejemplo, India, que tiene disputas fronterizas con China y estrechas relaciones con Estados Unidos, podría ser reacia a unirse a un bloque antiestadounidense.
La expansión de BRICS y su mayor papel global podrían desafiar el poder de Europa y Estados Unidos en la arena internacional. A medida que el grupo se vuelve más activo, otros países podrían perder influencia.
