El nuevo gobernador de San Luis asumirá por segunda vez el cargo máximo en el gobierno provincial, generando una serie de movimientos que han afectado la dinámica interna de Juntos por el Cambio. Su victoria en las elecciones tuvo lugar en medio de una encarnizada lucha entre los hermanos que han ejercido un control absoluto sobre la política en San Luis durante un largo período.
Claudio Poggi, el candidato a gobernador de San Luis, logró imponerse en las elecciones generales con el 53% de los votos, asegurando así su segundo mandato en el ejecutivo provincial. Previamente, ya había asumido como gobernador durante el período 2011-2015.
El proceso de recuento provisional de votos, afectado por la aplicación de la Ley de Lemas, fue lento. No obstante, desde el entorno de Poggi comenzaron a celebrar su victoria minutos antes de la publicación de los resultados. Incluso, el senador y exgobernador Adolfo Rodríguez Saá, quien desempeñó un papel clave en el respaldo a la candidatura de Poggi, ya había expresado en su círculo cercano que los datos preliminares eran “abrumadores”.
La afirmación de la victoria por parte de un miembro del clan Rodríguez Saá no fue un hecho trivial. Las elecciones provinciales de este año estuvieron marcadas por la disputa electoral y familiar con su hermano y actual gobernador, Alberto Rodríguez Saá, quien perdió los comicios junto a su candidato Jorge ‘Gato’ Fernández.
Además, también se destaca el hecho de que, por primera vez desde 1983, ninguno de los dos líderes se presentó en una boleta partidaria. Esto evidencia la pérdida de influencia y centralidad de ambos dirigentes en el ámbito provincial.