Gracias al Protocolo de Montreal, la capa de ozono, esencial para proteger la Tierra de la radiación ultravioleta, sigue mostrando signos de recuperación. Conmemorando el Día Mundial del Ozono el 16 de septiembre, se destaca que este manto vital podría volver a sus niveles de 1980 para el año 2066 en la Antártida, 2045 en el Ártico, y 2040 en el resto del mundo, siempre y cuando se mantengan las políticas actuales.
El Protocolo de Montreal, implementado en 1987, jugó un papel crucial al frenar el uso de sustancias nocivas como los clorofluorocarbonos (CFCs). La eliminación gradual de estas sustancias ha evitado el colapso de la capa de ozono, que protege al planeta de la dañina radiación UV. Según el Boletín sobre Ozono y Radiación UV de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el agujero de ozono ha mostrado mejoras desde el año 2000. Sin embargo, el informe de 2023 reveló un comportamiento atípico del agujero, con un inicio temprano y persistencia inusual, debido a la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en 2022, que afectó la dinámica de la estratosfera.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, subrayó la importancia de la Enmienda de Kigali, una extensión del Protocolo de Montreal aprobada en 2016, que busca reducir el uso de hidrofluorocarbonos (HFCs). Esta enmienda no solo contribuye a la protección del ozono, sino que también puede evitar hasta 0,5 °C de calentamiento global para finales de siglo, ya que los HFCs son potentes gases de efecto invernadero.
Matt Tully, presidente del Grupo Asesor Científico sobre Ozono y Radiación Solar UV de la OMM, destacó la necesidad de mantener el monitoreo constante del ozono, las sustancias que lo agotan y la radiación UV. El Programa de Vigilancia Atmosférica Global (GAW) de la OMM es fundamental para este esfuerzo, proporcionando datos esenciales que permiten prever futuras alteraciones y comprender mejor la influencia de fenómenos naturales, como las erupciones volcánicas, en la capa de ozono.
Los Ozone Research Managers (ORM) señalaron cinco áreas clave que requieren atención: investigación, observaciones sistemáticas, cobertura global de sustancias controladas, archivado de datos y creación de capacidades. La continua cooperación internacional es crucial para mantener la recuperación del ozono en curso y para abordar los desafíos futuros, ya que la acción colectiva ha demostrado ser efectiva en la lucha contra problemas ambientales globales.
El Día Mundial del Ozono refuerza el compromiso global con la protección ambiental a largo plazo y la reducción de los efectos del calentamiento global, aspectos fundamentales para la salud de nuestro planeta.