La NASA enfrenta un panorama incierto respecto al regreso de los dos astronautas, Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams, que están varados en la nave Starliner de Boeing desde junio. Originalmente prevista para una misión de unas pocas horas, la estancia de los astronautas en la Estación Espacial Internacional (EEI) se ha extendido a 70 días debido a fallos técnicos en la nave.
El 7 de junio, la Starliner despegó hacia la EEI, pero desde entonces ha enfrentado problemas significativos, incluidos fallos en los propulsores y filtraciones de helio en la cápsula. La NASA ha admitido que no sabe cuándo podrán regresar los astronautas y que la solución podría no estar disponible hasta 2025.
Rus DeLoach, jefe de la oficina de Seguridad y Garantía de Misión de la NASA, aseguró que el retraso no debe considerarse un accidente en sí mismo, aunque la agencia sigue evaluando todas las opciones para el regreso. Se está considerando la posibilidad de traer a Wilmore y Williams de vuelta en una cápsula Dragon de SpaceX en febrero de 2025, aunque también se podría optar por una nave rusa Soyuz.
Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, indicó que el análisis sobre cómo traer de regreso a los astronautas está en curso y espera que esté listo a mediados o finales de la próxima semana. Mientras tanto, los astronautas continúan realizando investigaciones científicas a bordo de la EEI y están en contacto con los equipos de la NASA para planificar su regreso.
El jefe de astronautas de la NASA, Jose Acaba, destacó que, aunque la misión ha sido un vuelo de prueba y podría no haber sido perfecta, se está tomando el tiempo necesario para asegurar que la tripulación no se exponga a riesgos innecesarios. La agencia espacial también está utilizando el tiempo disponible para completar las pruebas y la planificación del regreso de la Starliner.
Además, la NASA ha pospuesto el lanzamiento de la misión Crew-9, originalmente programada para el 18 de agosto, al 24 de septiembre, para dar más tiempo a la finalización de las pruebas y certificaciones de la Starliner. Este ajuste permitirá que la nave obtenga las certificaciones necesarias para operar como un proveedor de transporte a la EEI, complementando a SpaceX.