El conflicto salarial en Misiones ha generado una situación inusual: docentes y policías han decidido trabajar juntos para negociar con el gobierno provincial. Este movimiento se gestó ante la falta de respuestas satisfactorias del gobernador Hugo Passalacqua, aliado de Javier Milei, y la creación de un “Comité de crisis del pueblo” como contrapartida al Comité de Crisis del gobierno.
La situación comenzó cuando, el martes, un grupo de docentes, tras nueve horas de bloqueo en la Ruta 12 cerca del Puente Garupá, aceptaron unirse a la protesta policial. Este acercamiento fue recibido con aplausos por los policías, marcando un momento histórico en la relación entre ambos gremios.
Origen del conflicto
Los docentes de Misiones, representados por UDPM y SIDEPP, rechazaron el acuerdo salarial propuesto por el gobierno, que ofrecía aumentos del 23 al 50 por ciento, lejos del 100 por ciento solicitado. Esta negativa llevó a los sindicatos restantes a intensificar sus protestas, incluyendo cortes de ruta y marchas en diferentes localidades de la provincia.
El Puente Garupá tiene un significado especial para los docentes más combativos, recordando una victoria en septiembre de 2020 en el mismo lugar.
La posición policial
Paralelamente, los policías, apostados desde el viernes en Posadas, también rechazaron las propuestas salariales del gobierno. La situación se agravó con las declaraciones del ministro Coordinador, Héctor Llera, que enfriaron aún más las negociaciones. Además, la intervención de Patricia Bullrich, quien sugirió evitar la represión, complicó la postura del gobernador Passalacqua.
Formación del frente común
La tarde del martes, los líderes gremiales de los docentes recibieron una llamada del subcomisario retirado Ramón Amarilla, proponiendo una alianza con los policías. La propuesta fue aceptada y una marcha conjunta se dirigió al barrio El Palomar, donde fueron recibidos con ovaciones por los policías acampados. Este frente común ahora exige un acuerdo salarial para ambos sectores.
Ramón Amarilla destacó la importancia de esta unidad, señalando que todos los trabajadores enfrentan los mismos problemas y deben luchar juntos por sus derechos.
Esta inusitada alianza aumenta la presión sobre el gobierno de Misiones, que deberá reconsiderar su estrategia frente a un movimiento sindical cada vez más cohesionado. En Corrientes, ya se habla de replicar este modelo de unidad sindical, lo que podría ampliar el impacto de estas protestas en la región.





