El Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), vinculado al Partido Socialista Obrero Español, ha sido el más votado en las recientes elecciones parlamentarias, obteniendo 42 escaños. Salvador Illa, candidato de esta formación, se encuentra en una posición favorable para asumir la presidencia de la Generalitat. No obstante, la gobernabilidad de la región aún presenta incertidumbres.
Los votos del domingo no designaron directamente al presidente de la comunidad autónoma, sino a los diputados que elegirán al nuevo presidente. El candidato debe conseguir una mayoría absoluta (68 de 135 diputados) en una primera votación o una mayoría simple en una segunda.
El PSC debe negociar con otras fuerzas políticas para garantizar la investidura de Illa. Las opciones más viables son Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y Comuns-Sumar, que sumarían los escaños necesarios para una mayoría. Sin embargo, Pere Aragonés de ERC ha manifestado su negativa a facilitar la investidura del PSC y ha anunciado su retiro de la política tras los malos resultados de su partido.
El independentismo ha perdido fuerza, obteniendo 61 diputados, siete menos de los necesarios para una mayoría absoluta. Carles Puigdemont, líder de Junts+, confía en formar un gobierno soberanista y ha expresado su intención de postularse a la presidencia si la investidura de Illa falla.
La situación de Puigdemont, quien está en Francia por cargos pendientes en España, podría cambiar si se aprueba la Ley Orgánica de Amnistía. Esto permitiría su regreso para asumir la presidencia.
En cuanto a otras formaciones, Ciutadans (Ciudadanos) ha perdido su representación en el Parlamento catalán, marcando un declive significativo. Alianza Catalana ha ingresado al hemiciclo con dos escaños, sumándose a Vox en la representación de la extrema derecha, aunque con posturas opuestas sobre la independencia de Cataluña.





