Aunque el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades no fue disuelto, se transformará en una secretaría dentro de la supercartera de Capital Humano. El antiguo “Ministerio de Justicia y Derechos Humanos” ahora se llamará simplemente “Ministerio de Justicia” en un gesto político-simbólico.
El DNU, con más de 70 páginas, busca reducir a la mitad el número de ministerios, dejándolos en nueve. Se argumenta que esta reorganización es necesaria para ajustar las disposiciones de la Ley de Ministerios y mejorar la eficiencia del Estado nacional. Las carteras de Obra Pública, Educación, Cultura, Trabajo y Desarrollo perderán su estatus de ministerios y se convertirán en secretarías. El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades, por ahora, no será disuelto, sino que se integrará en el superministerio de Capital Humano.
El DNU no especifica completamente los recursos que cada sector retendrá dentro de esta nueva estructura, pero asegura que seguirán funcionando como hasta ahora hasta que se implementen las modificaciones presupuestarias necesarias. En un gesto simbólico, el presidente decide cambiar el nombre del “Ministerio de Justicia y Derechos Humanos” a “Ministerio de Justicia”, alineándose con un discurso negacionista sobre los crímenes de la última dictadura.
Además, el decreto otorga estatus ministerial a ciertas secretarías presidenciales que atenderán las tareas necesarias para la actividad del Presidente de la Nación. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la exSecretaría de Asuntos Estratégicos tendrán sus compromisos y obligaciones asumidos por la Jefatura de Gabinete.
Se establece la Agencia Nacional de Discapacidad como un organismo descentralizado en la órbita de la Jefatura de Gabinete, encargado de las políticas públicas en materia de discapacidad. Además, se crea el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, actuando como organismo descentralizado bajo el Ministerio de Capital Humano.
