Países pobres han solicitado ayuda económica en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28, que se celebra en Dubái. La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, propuso la implementación de impuestos globales en servicios financieros, el sector de gas y petróleo, así como en las industrias del transporte. Estos impuestos podrían generar cientos de miles de millones de dólares destinados a ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático, mitigar sus impactos futuros y hacer frente a pérdidas y daños causados por eventos climáticos extremos.
Mottley destacó la importancia de la financiación internacional y la colaboración entre países ricos y pobres para abordar los costos astronómicos asociados con la adaptación al cambio climático. Aunque hubo avances en los compromisos financieros para la transición a la energía limpia, Mottley señaló que aún queda trabajo por hacer.
Países insulares pequeños, como Samoa, expresaron la urgencia de abordar la cuestión financiera, ya que la subida del nivel del mar amenaza su supervivencia. A pesar de ciertos avances, se reconoció que los países aún están lejos de alcanzar los objetivos necesarios.
Los activistas climáticos también hicieron oír su voz, exigiendo billones en lugar de millones para el fondo de pérdidas y daños. Mottley propuso impuestos específicos, como un impuesto global del 0,1% a los servicios financieros y un impuesto del 5% a los beneficios del gas y el petróleo del año pasado, para generar los recursos necesarios.
El G20, que representa la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, estima que los países en desarrollo necesitarán 5,9 billones de dólares para 2030 y otros 4 billones para alcanzar la neutralidad de emisiones para 2050. Sin embargo, la introducción de impuestos globales, como propuso Mottley, enfrenta desafíos políticos, especialmente en países como Estados Unidos, que nunca ha respaldado un impuesto global. Además, se destaca la necesidad de proporcionar fondos por adelantado a los países más pobres para facilitar las inversiones en energías renovables.