Kissinger, recordado en América Latina por respaldar dictaduras como las de Videla en Argentina y Pinochet en Chile, desempeñó un papel destacado en la Operación Cóndor para reprimir opositores en la región. Su legado también incluye su participación en el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile en 1973 y su apoyo a los últimos años del régimen de Francisco Franco en España.
A pesar de sus cien años, Kissinger permaneció activo hasta el final, incluso visitando China en julio para reunirse con el presidente Xi Jinping. Su vida comenzó en Baviera en 1923 como Heinz Alfred Kissinger, nacido en una familia judía que abandonó Alemania debido al ascenso de Hitler. Posteriormente, se convirtió en Henry, sirvió en el Ejército de EE. UU. en Alemania y se graduó con honores en Ciencias Políticas en Harvard.
Su ascenso político se vincula a Nelson Rockefeller, quien lo respaldó y lo incorporó como asesor. En 1968, con la presidencia de Nixon, Kissinger asumió el papel clave de asesor de seguridad nacional. Su participación en la guerra de Vietnam, la apertura de relaciones con China y su papel en la crisis del petróleo destacaron su periodo en la administración Nixon. Posteriormente, bajo Gerald Ford, se convirtió en secretario de Estado.
Kissinger también estuvo involucrado en eventos polémicos como el Nobel de la Paz compartido con Le Duc Tho por la retirada de tropas estadounidenses de Vietnam y su respaldo a dictaduras anticomunistas en América Latina. Su papel en la desestabilización de Allende en Chile y su relación con Pinochet generaron controversia.
Después de dejar la Casa Blanca en 1977, Kissinger continuó influenciando la política, participando en asuntos internacionales y escribiendo sus memorias. En años posteriores, su legado fue cuestionado, especialmente durante el arresto de Pinochet en 1998, lo que llevó a debates sobre la responsabilidad de Kissinger en las acciones de regímenes autoritarios respaldados por EE. UU.