Un poderoso ciclón que tocó tierra con ráfagas de hasta 270 km/h. Este fenómeno natural dejó a Acapulco incomunicado, con bloqueos en las carreteras, edificios destrozados, árboles caídos y cortes de energía, lo que dificultó al gobierno evaluar el alcance de los daños.
Decenas de personas, atrapadas por el barro y los escombros, intentaban buscar refugio de los intensos vientos y lluvias. El presidente Manuel López Obrador se dirigía a la zona afectada para coordinar la ayuda gubernamental, pero las carreteras dañadas dificultaban el acceso, y la falta de comunicación aún impedía determinar si había víctimas fatales.
A pesar de que Otis se debilitó después de tocar tierra como un huracán de categoría 5, los daños incluyeron edificios destruidos, inundaciones y una total incomunicación. Los expertos sugieren que Otis podría ser el huracán más fuerte que jamás haya golpeado la costa oeste del Pacífico.
El acceso a Acapulco por carretera estaba bloqueado debido a deslizamientos de tierra, y se enviaron ingenieros militares y funcionarios estatales para restablecer la conectividad terrestre. La comunicación aérea también permanecía suspendida debido al mal clima, lo que dificultaba las operaciones de rescate.
A medida que se restablecían gradualmente las comunicaciones, las autoridades militares establecieron un centro de comando en Chilpancingo para coordinar las operaciones de rescate y movilizaron efectivos del Ejército a la zona afectada.
El huracán Otis se debilitó mientras se dirigía al interior de México, pero las fuertes lluvias continuaban, lo que aumentaba el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra.
La Comisión Federal de Electricidad informó que se había restablecido el servicio eléctrico para el 40% de los usuarios afectados en el estado de Guerrero, y se seguían realizando esfuerzos para restablecer el suministro por completo.
El repentino fortalecimiento de Otis tomó por sorpresa a los residentes de Guerrero, que se habían preparado para una tormenta tropical. La alcaldesa de Acapulco advirtió que Otis era más poderoso que el huracán Paulina que causó estragos en 1997.
Acapulco, una ciudad de más de un millón de habitantes enclavada entre montañas, se vio afectada tanto en sus áreas de lujo como en las más humildes. Guerrero, el estado donde se encuentra Acapulco, es uno de los más pobres y peligrosos de México.
En el Atlántico, el huracán Tammy continuaba su trayectoria hacia el noreste después de afectar las Antillas Menores, con la posibilidad de convertirse en un ciclón extratropical.”
Espero que esta paráfrasis te sea útil. Si necesitas alguna otra aclaración o paráfrase en particular, no dudes en preguntar.
