La influencia del presidente ucraniano disminuye a medida que grupos ultraconservadores en Estados Unidos muestran simpatía hacia Putin.
El jueves pasado, Volodimir Zelenski mantuvo la reunión más crucial desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. Se encontró con Joe Biden en la Casa Blanca durante 30 minutos, seguido de una hora de conversación con sus respectivos asesores. Previamente, Zelenski se reunió con líderes demócratas y republicanos en el Congreso, revelando la división dentro de la oposición sobre si apoyar o no a Ucrania. También se encontró con el Secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, y rindió homenaje a las víctimas de los ataques del 11 de septiembre en el Pentágono.
Zelenski describió la visita como “crítica”. En juego se encuentran los $24,000 millones de ayuda militar que la Casa Blanca quiere que el Congreso apruebe para Ucrania antes del 30 de septiembre. Sin embargo, esta ayuda forma parte de un paquete presupuestario más amplio y los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, no pueden ponerse de acuerdo sobre si respaldarla o no. Zelenski fue contundente: “Si no conseguimos esta ayuda, perderemos la guerra”, afirmó ante un grupo de senadores, según el líder demócrata, Chuck Schumer, citado por el Washington Post.
Añadiendo a la confusión, los republicanos del Senado planean apoyar los $24,000 millones, lo que llevó a un inusual acto de unidad entre Zelenski, Schumer y el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell. Sin embargo, Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes, solo se reunió con Zelenski en privado, evitando así disgustar al ala ultraderechista de su partido, que simpatiza con Vladimir Putin y es cercana a Donald Trump.
Las negociaciones sobre la entrega de nuevos sistemas de armas a Ucrania siguen estancadas. Estados Unidos ha suavizado su postura respecto a la entrega de misiles ATACMS con un alcance de 300 kilómetros, aunque aún no ha tomado una decisión. Lo mismo ocurre con el suministro de misiles crucero Taurus por parte del Gobierno alemán. Mientras tanto, los tanques estadounidenses M-1 están en camino hacia Ucrania antes de que las lluvias del otoño paralicen el frente.
Hace nueve meses, Zelenski instó al Congreso de Estados Unidos a ayudar a Ucrania, señalando que no era un acto de caridad, sino una inversión en la seguridad mundial. Sin embargo, en esta visita a Washington, no hubo discursos al Congreso ni anuncios de nuevos sistemas de armas. El enfoque principal es obtener la aprobación de los $24,000 millones en ayuda militar.
Además, la relación entre Estados Unidos y Ucrania se ha visto afectada por los desacuerdos de Zelenski con Polonia y sus demandas para unirse a la OTAN en la cumbre de Vilna en julio. La situación en Ucrania ha evolucionado hacia un avance lento y complicado, con la corrupción en el país generando preocupaciones en Washington y Bruselas.
La falta de consenso también es evidente en Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a Ucrania. La influencia de Donald Trump, que probablemente se postulará nuevamente en 2024, ha fortalecido al sector ultraderechista del Partido Republicano, que simpatiza con Putin y aboga por abandonar a Ucrania. Aproximadamente 30 representantes de ese grupo se oponen a cualquier ayuda a Ucrania, y 23 de ellos enviaron una carta a la Casa Blanca pidiendo que se detenga el apoyo a Kiev.
Estos legisladores no constituyen la mayoría del Partido Republicano, pero representan una parte significativa de una formación política cada vez más dividida. Además, el senador republicano Rand Paul bloqueará la ayuda como una maniobra política. Esto refleja la disminución de la influencia de Zelenski en Washington, donde la principal preocupación es la elección presidencial de Estados Unidos en noviembre de 2024.
Incluso el Gobierno de Joe Biden está ajustando gradualmente su posición. Los tanques estadounidenses M-1 se están desplazando lentamente por Europa, mientras que el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor, ha declarado que Ucrania no podrá recuperar todo el territorio ocupado por Rusia. Estados Unidos está centrando su atención en China, considerando a Europa como una preocupación secundaria. Además, Victoria Nuland, una experta en asuntos exteriores, no ocupará el puesto número dos en el Departamento de Estado, que se destinará a Kurt Campbell, coordinador de Asuntos del Indo-Pacífico en el Consejo de Seguridad Nacional. Estados Unidos está orientando su enfoque hacia Asia en lugar de Europa u Oriente Medio.
