Estados Unidos se encuentra enfrentando una ola de calor extremadamente peligrosa, con temperaturas alcanzando los 47 grados centígrados en algunas ciudades y más de 90 millones de personas afectadas en todo el país. Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS por sus siglas en inglés), esta ola de calor representará una amenaza significativa en el oeste y gran parte del sur de Estados Unidos durante el fin de semana. Se esperan récords de temperatura y problemas de calidad del aire en varias regiones. Lamentablemente, no se espera un alivio inmediato, ya que se pronostica que el domo de calor se mantendrá estacionario en estas áreas durante los próximos días.
En ciudades como Phoenix, Arizona, se esperan temperaturas de 47 grados centígrados, lo que marcaría el decimosexto día consecutivo con máximas superiores a los 43 grados centígrados. Partes de Arizona están bajo un nivel de alerta “magenta”, el nivel más alto de alerta del NWS, que indica un calor extremo y prolongado. En el sur de California, los bomberos están luchando contra incendios violentos que han devastado miles de hectáreas y han obligado a evacuar a la población.
Según los expertos, en el Valle de la Muerte se podrían alcanzar o incluso superar las temperaturas más altas registradas de manera confiable en la Tierra, que fue de 54,4 grados centígrados en 2020 y 2021. Además, hay riesgo de tormentas eléctricas intensas, lluvias torrenciales e inundaciones en varias partes del país, especialmente en Nueva Inglaterra, que ya está saturada debido a las recientes precipitaciones.
Canadá también está experimentando una situación grave debido a los incendios forestales, especialmente en el oeste del país, donde se han registrado cientos de focos ígneos en pocos días, la mayoría causados por tormentas eléctricas. Se espera que el clima cálido y seco continúe en los próximos meses, lo que empeorará la situación. Hasta ahora, más de 10 millones de hectáreas han sido consumidas por el fuego en todo el país este año, superando el promedio anual de la última década. El humo de los incendios canadienses también está afectando la calidad del aire en estados del norte de Estados Unidos.
Según los expertos, las emisiones de gases de efecto invernadero están contribuyendo al aumento en la intensidad, duración y frecuencia de las olas de calor. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) destaca que las olas de calor están ocurriendo con mayor frecuencia en las principales ciudades del país, pasando de un promedio de dos olas de calor al año en la década de 1960 a seis al año en las décadas de 2010 y 2020.