En sintonía con el optimismo en Wall Street, los bonos soberanos argentinos mostraron una ligera recuperación, mientras que las acciones del S&P Merval cayeron por tercera jornada consecutiva. Los inversores se mueven entre las altas tasas de interés y la incertidumbre preelectoral.
Buenos Aires — El mercado financiero argentino mostró una dinámica mixta este lunes, con un comportamiento divergente entre los bonos en dólares y el mercado de acciones. Mientras los títulos de deuda soberana lograron una leve suba, el índice S&P Merval profundizó su caída, cediendo 0,6% y cerrando a 2.286.774,63 unidades, en lo que fue su tercera jornada de pérdidas consecutivas.
La jornada estuvo marcada por la volatilidad y las tensiones generadas por la inminente licitación de deuda del Tesoro, que deberá afrontar vencimientos por 17.000 millones de dólares. Según analistas de Invecq Consulting, a la “dolarización típica preelectoral se sumó una mayor presión” en el mercado cambiario, lo que aumenta la incertidumbre.
Bonos al alza y la mirada puesta en las tasas de interés
En el segmento de renta fija, los bonos soberanos en dólares registraron un leve repunte, con alzas de hasta 0,4%. Los títulos más destacados fueron el Global 2035, el Bonar 2030 y el Global 2038, que cerraron en positivo. Este movimiento se da en un contexto de altas tasas de interés, una estrategia del gobierno para aplacar las tensiones cambiarias, según analistas de VatNet Financial Research.
Por su parte, los ADRs argentinos en la Bolsa de Nueva York operaron de forma mixta. Lideraron las ganancias Cresud (+3%), Transportadora de Gas del Sur (+1%) e Irsa (+0,5%), mientras que las pérdidas fueron encabezadas por Mercado Libre (-2,3%), YPF (-1%) y Loma Negra (-1%). En el S&P Merval, las acciones que más cayeron fueron las de Edenor (-1,6%), Byma (-1,6%) e YPF (-1,5%).
Analistas como Roberto Geretto de Adcap señalan que el gobierno busca un “equilibrio” entre un dólar bajo que exija tasas que perjudican la actividad y un dólar tan alto que complique el proceso de desinflación. La apuesta del oficialismo es que un resultado electoral favorable en octubre le permita “volver plenamente a los mercados internacionales”, aunque reconocen que el desafío es “muy desafiante”.





