Resistencia, Chaco – La confección de las listas de candidatos para las próximas elecciones bonaerenses del 7 de septiembre ha desatado una profunda crisis y una mayor fragmentación en el ya complejo panorama político argentino. La principal fisura se observa en el corazón del oficialismo, La Libertad Avanza (LLA), producto de un virulento enfrentamiento entre Karina Milei y Santiago Caputo, conocido como el “Mago del Kremlin”, un conflicto que el presidente Javier Milei ya ha zanjado públicamente a favor de su hermana.
Este quiebre, que va más allá de la mera distribución de candidaturas, anticipa una significativa reorganización dentro de la administración. Pero LLA no es la única fuerza en ebullición. La relación entre el gobernador bonaerense Axel Kicillof y la cúpula kirchnerista, Cristina y Máximo Kirchner, ha quedado seriamente dañada tras las negociaciones. La tensión escaló al conocerse que, en plena discusión interna, Kicillof había presentado una oferta de listas completa ante la Justicia Electoral, representando únicamente a su Movimiento Derecho al Futuro.
Incluso Somos Buenos Aires, la tercera fuerza en competencia, ha experimentado desprendimientos y luchas internas, lo que evidencia un escenario de turbulencia generalizada. Curiosamente, la única excepción a esta vorágine parece ser el frente Potencia, liderado por María Eugenia Talerico, que ha logrado presentar listas en todos los distritos, dada su reciente irrupción en la arena partidaria.
La Batalla por el Poder en La Libertad Avanza
La confrontación entre Karina Milei y Santiago Caputo no es una consecuencia de la exclusión de los tuiteros de “Las Fuerzas del Cielo” de las listas, sino la causa. La expulsión de estos seguidores se produjo porque el enfrentamiento ya existía. Caputo, al igual que Kicillof con los Kirchner, habría subestimado el peso de la hermana del Presidente. En el universo libertario, cuestionar la autoridad de Karina Milei es considerado una afrenta directa a Javier Milei, algo que figuras como la vicepresidenta Victoria Villarruel y el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri han experimentado en el pasado.
La propia Karina Milei se encargó de dejar clara la jerarquía, publicando un posteo en X (anteriormente Twitter) advirtiendo que cualquier crítica al armado de las listas bonaerenses sería interpretada como un ataque al propio Presidente. Esta acción se dio luego de que Caputo, a través de cuentas anónimas, difundiera mensajes críticos hacia la incorporación de ex militantes kirchneristas por parte de Sebastián Pareja, uno de los armadores de LLA. El mensaje de la secretaria general fue contundente: LLA es una organización verticalista y Milei es un “emperador”, con un círculo de poder íntimo y familiar, un eco de los tiempos kirchneristas.
Redefinición de Roles y Poder en el Gobierno
La disputa con el “Mago” Caputo trasciende el mero reparto de cargos y apunta a una revisión general de las responsabilidades dentro del Gobierno. Tras la salida del ex jefe de Gabinete Nicolás Posse, Milei había delegado importantes áreas del Estado en su asesor de campaña, quien, sin ser funcionario, controlaba dependencias clave como la SIDE, el Ministerio de Justicia (a través de Sebastián Amerio), la agencia de privatizaciones (Diego Chaher), la comunicación de YPF (Guillermo Garat) y Educ.ar (Gastón Martín), con la ayuda de colaboradores que tampoco figuran en el organigrama oficial, entre ellos su hermano, Francisco Caputo.
Sin embargo, en los últimos diez días, esta delegación de facultades ha sido puesta en entredicho. Más allá de las listas, la relación de Caputo con una red de empresarios, como los hermanos Neuss y Leonardo Scatturice, generó intrigas en la Casa Rosada. Aunque Scatturice es un puente importante con el círculo de Donald Trump, las versiones insidiosas sobre su nexo con Caputo llegaron a Milei, impulsadas, según se rumorea, por la ministra Sandra Pettovello, quien se sentiría perjudicada por el asesor de campaña.
A esto se suma la tensión con Luis “Toto” Caputo, ministro de Economía y primo segundo del “Mago”, por decisiones relacionadas con negocios. La liberalización del comercio de electrónicos y el impacto en las ensambladoras de Tierra del Fuego han enfurecido a Nicolás “Nicky” Caputo, dueño de Mirgor. El levantamiento del cepo cambiario y el acuerdo con el FMI han consolidado la autoridad del ministro de Economía, lo que habría repercutido negativamente en el poder de Santiago Caputo.
Un detalle crucial en este escenario es la serie de encuentros a solas que el Presidente ha mantenido con el jefe de Gabinete Guillermo Francos en los últimos diez días. Estas reuniones sugieren un posible reordenamiento en la toma de decisiones, otorgando un mayor protagonismo a Francos y, quizás, devolviendo a Caputo a su rol original de consultor de campaña. Esta no es una operación sencilla, dada la amplitud e importancia de las áreas que maneja Caputo y gestiones sensibles como la negociación con el kirchnerismo para cubrir vacantes en la Corte y la Procuraduría General, que se llevan adelante bajo su supervisión.
Fractura en el Peronismo Bonaerense y Sospechas Electorales
Fuerza Patria, el nuevo nombre del PJ bonaerense, también emergió fragmentado de la negociación de listas, aunque las divisiones no sean tan evidentes en las boletas. El incidente más traumático ocurrió el pasado lunes, cuando se reveló que Kicillof había inscripto una lista de candidatos alineados con su “Movimiento Derecho al Futuro” en la Justicia Electoral, utilizando el antiguo sello del partido Parte de Alberto Fernández. Esto ocurrió el sábado por la noche, mientras el gobernador y su mano derecha, Carlos Bianco, negociaban una boleta común con referentes kirchneristas como Sebastián Galmarini, Facundo Tignanelli y Gabriel Katopodis. La “trampa” del kirchnerismo y Massa no pasó desapercibida, y la confianza entre Kicillof y los Kirchner quedó irremediablemente quebrada.
Incluso Somos Buenos Aires no escapó ileso, con dirigentes cercanos a Milei indignados por la imposición del radical Pablo Domenichini como principal candidato en la tercera sección electoral, bastión peronista. Se atribuye esta incorporación a un acuerdo subterráneo entre Emiliano Yacobitti, jefe de Domenichini, y Sergio Massa, quien buscaría evitar que Somos erosione la base peronista en la zona.
La convulsión generada por el armado de listas en la provincia de Buenos Aires es proporcional al dramatismo que encierra esta contienda. Después de la derrota de 2023, el PJ se juega su supervivencia en el distrito más importante del país. Dentro de esa misma fuerza, Massa y Kicillof ponen en juego sus aspiraciones presidenciales, con Kicillof consolidándose como una nueva referencia partidaria.
Ante este panorama, voces experimentadas como la del ex gobernador Carlos Ruckauf han encendido una alarma, proponiendo que el manejo de la elección pase de la Justicia provincial a la nacional, a través de un per saltum. Ruckauf argumentó su propuesta basándose en la decisión de Kicillof de entregar el control y traslado de las urnas a la Policía Bonaerense, lo que genera suspicacias.
Desde la Casa Rosada, se identifica a Sergio Massa como el principal adversario. La insistencia del jefe de Gabinete Francos en investigar los negocios con permisos de importación durante la gestión de Alberto Fernández, y la obsesión del Presidente con las maniobras que se le imputan a Guillermo Michel desde la Aduana, apuntan en esa dirección.
Las presunciones de Ruckauf sobre posibles irregularidades en las elecciones de septiembre podrían tener asidero si se consideran las presuntas complicidades de Massa con el aparato policial y, especialmente, con la Justicia provincial. Según fuentes bonaerenses, esta “afinidad” podría derivar en un escándalo en las próximas semanas. Un ejemplo claro es la fuerte presión que Kicillof está recibiendo para aceptar la renuncia de la jueza de San Isidro Julieta Makintach, expuesta a un juicio político por una producción cinematográfica sobre la muerte de Diego Maradona. Se rumorea que dos figuras “muy encumbradas” de la provincia, Sergio Massa y el juez Sergio Torres, ministro de la Suprema Corte local, no querrían que ese jury se lleve a cabo. La preocupación residiría en que Makintach, si va a juicio, estaría dispuesta a “contar todo”, especialmente que su “superproducción” había sido autorizada y hasta estimulada “desde abajo, desde el costado y desde arriba”, en el marco de una supuesta estrategia para elevar su perfil como candidata a la Corte bonaerense.
Es evidente que, más allá del armado de las listas, la provincia de Buenos Aires sigue siendo un terreno fértil para la acumulación de escándalos y la redefinición de alianzas políticas.