Buenos Aires, Argentina. En un encuentro que trascendió lo protocolar, la expresidenta Cristina Kirchner recibió este jueves 3 de julio al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su departamento del barrio de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria. La visita, que duró menos de una hora, se produjo tras la cumbre del Mercosur y fue autorizada por la Justicia. Tras la reunión, Kirchner lanzó duras acusaciones contra el gobierno de Javier Milei, calificando la situación del país como una “auténtica deriva autoritaria” y cuestionando con severidad el rumbo económico.
Un encuentro con fuerte impronta política
Lula da Silva ingresó al domicilio de la calle San José 1111 alrededor de las 12:30 del mediodía, en una llegada discreta pero reforzada por la seguridad de la expresidenta. Si bien algunos militantes se congregaron en las vallas perimetrales para saludarlo, el acceso fue expeditivo. El permiso judicial para esta visita fue gestionado por el abogado de Kirchner, Carlos Alberto Beraldi, ante el Tribunal Oral Federal N°2, y se concedió con la condición de no alterar la tranquilidad del barrio.
Horas después del encuentro, Cristina Kirchner utilizó sus redes sociales para difundir imágenes de la reunión y un extenso mensaje en el que profundizó sus críticas al gobierno actual. “Hoy recibimos al compañero @LulaOficial en mi casa, donde estoy bajo detención domiciliaria por decisión de un Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política y se convirtió en un partido político al servicio del poder económico”, escribió.
La expresidenta trazó un paralelismo con la situación que, según ella, atravesó Lula en Brasil: “Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto. Por eso hoy SU VISITA FUE MUCHO MÁS QUE UN GESTO PERSONAL: FUE UN ACTO POLÍTICO DE SOLIDARIDAD”.
Denuncias de “terrorismo de Estado de baja intensidad” y control social
En su comunicado, Kirchner elevó el tono de sus acusaciones, afirmando que “los ojos del mundo están viendo con atención cómo la ARGENTINA VIVE UNA AUTÉNTICA DERIVA AUTORITARIA DE LA MANO DEL GOBIERNO DE MILEI; EN LO QUE PODEMOS IDENTIFICAR COMO TERRORISMO DE ESTADO DE BAJA INTENSIDAD”.
Criticó duramente el accionar de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por las detenciones de militantes, calificándolas de un pedido de “José Luis Espert, para quien sus opositores solo merecen ‘cárcel o bala'”. También hizo referencia a la “identificación y hostigamiento” a manifestantes en Plaza de Mayo el pasado 18 de junio.
La expresidenta manifestó su preocupación por el estado de la democracia argentina: “Nos costó demasiado construir LA DEMOCRACIA ARGENTINA como para permitir que ahora, paso a paso, la desmantelen”. Aseguró que la democracia está siendo “vaciada desde adentro por un gobierno que se dice ‘libertario’… pero que solo le da libertad a los más ricos”.
En su arremetida, Kirchner citó un informe de Reporteros Sin Fronteras que señala a Argentina como el país con mayor caída en libertad de prensa, y mencionó el caso del reportero gráfico Pablo Grillo. Denunció un “plan de inteligencia nacional secreto que autoriza el espionaje interno a todo aquel que ‘erosione la confianza’ en el relato oficial”, preguntándose quién decide qué “erosiona la confianza”.
Asimismo, cargó contra la intención de Bullrich de permitir a la Policía Federal “vigilar lo que la gente pone en redes sociales sin orden judicial, además de detenciones preventivas sin que exista ningún delito”. Para Kirchner, esto representa una “deriva autoritaria” y un “experimento continental” que busca convertir a Argentina en el “banco de pruebas de Milei y los Caputo Boys”, emulando, según ella, el modelo de “Pinochet y los Chicago Boys” en Chile, con “salarios de hambre, privatización total y entrega absoluta al Fondo Monetario Internacional”.
Llamado a la organización y críticas a la gestión económica
Finalmente, la expresidenta advirtió sobre un “ataque preventivo contra la capacidad del pueblo de organizarse”, especialmente de cara a las reformas que “Caputo anunció que se vienen después de octubre: reforma previsional, reforma laboral y reforma fiscal”.
Pese a este panorama, Cristina Kirchner lanzó un llamado a la organización popular: “Pero no les va a salir bien. Y saben que SI EL PUEBLO HABLA, SI SE ORGANIZA, SI SE DEFIENDE… NO VAN A PODER. Igual que los cientos de miles que el pasado 18 de junio se movilizaron a Plaza de Mayo. Eran demasiados para ser amedrentados. Y, también, LOS ARGENTINOS SOMOS DEMASIADOS PARA QUE NOS TENGAN SOLOS, ASUSTADOS Y VIGILADOS”.
Con un tono más directo y provocador, cerró su mensaje con una crítica a la gestión económica en medio de la ola polar: “¿Che Milei… con la ola polar que tenemos… ¿vos qué hacés? ¿Lo único que se te ocurre es meterle otro recargo a las boletas de un 6,4% más?… TARIFAS POR LAS NUBES, estufas apagadas, vos hablando de que hiciste buen trabajo en Mercosur… ¿y DEJASTE MAR DEL PLATA SIN GAS? Dale hermano… SEGUÍ VENDIENDO HUMO… lástima que no calienta”.





