BUENOS AIRES – La morosidad en los créditos al consumo en Argentina ha alcanzado niveles récord, reflejando un panorama preocupante para el bolsillo de las familias. Según el último informe sobre entidades financieras del Banco Central de la República Argentina (BCRA) correspondiente a abril, la deuda impaga por créditos personales escaló al 4,6%, el nivel más alto en 20 meses, mientras que la morosidad en tarjetas de crédito trepó al 3,2%, marcando un récord en más de tres años y medio.
El informe del BCRA constata que el crédito para el consumo se consolida como un fenómeno estructural en los hogares argentinos. La morosidad del crédito del sector privado ha crecido “desde niveles acotados”, afectando principalmente a las familias. En este segmento, la irregularidad relativa aumentó al 3,7%, lo que representa un incremento de 0,4 puntos porcentuales respecto a marzo.
Deterioro Salarial y Precarización Laboral, Factores Clave
Expertos señalan que el uso de la tarjeta de crédito para “patear” gastos se ha vuelto una estrategia común ante el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, explicó que “hay no solo una caída profunda en los salarios reales, no recuperada aún, sino una precarización laboral mayor”, lo que empuja a los hogares a depender cada vez más del financiamiento a corto plazo.
En contraste con la situación de las familias, el indicador de irregularidad de crédito a las empresas totalizó un 0,9%, un nivel cercano a mínimos de 20 años, lo que sugiere una dinámica diferente en el sector corporativo.
Morosidad por Debajo del Promedio Regional, pero con Alertas
A pesar del aumento, el informe del Banco Central destaca que el nivel actual del coeficiente de mora del sistema financiero se encuentra por debajo del promedio regional, que es del 2,8%, y de la media local de las últimas dos décadas, que se ubica en 3,1%.
En cuanto a los créditos del sector privado, aquellos respaldados por garantías preferidas representaron el 16% del total, con un nivel de morosidad del 1,6%, sin variaciones significativas. Sin embargo, los préstamos sin este tipo de respaldo presentaron un ratio de irregularidad más elevado, del 2,3%, evidenciando un mayor riesgo en estas operaciones.
Finalmente, el ratio entre los cargos por incobrabilidad devengados y el saldo de crédito del sector privado se situó en 4,7%, sin cambios mensuales y con una ligera baja interanual. El nivel de previsionamiento, por su parte, alcanzó el 142% del financiamiento en situación irregular a abril, superando el promedio de los últimos 20 años, que fue del 129%, lo que indica una mayor cobertura por parte de las entidades financieras ante posibles impagos.